Hace unos días leía en DP una noticia que me pareció estremecedora: una madre había sido denunciada por abusar sexualmente de su hijo, de ocho años. Mucho se habla de la violencia contra las mujeres, que no cesa, pero hay otro tipo de violencia que no parece tener la misma importancia por parte de los políticos, a pesar de ser frecuente y atroz: la violencia contra los niños. Se producen más casos de crueldad contra los menores que contra las mujeres. La vulnerabilidad del niño en la sociedad es evidente y genera situaciones muy dolorosas. A un niño se le maltrata tanto física como psicológicamente y las consecuencias son terribles, no solamente para el menor sino para el conjunto de la sociedad. Maltratar a un niño es propio de seres brutales y malvados. Las noticias que informan sobre esos hechos inhumanos producen enorme pesar, porque un niño inspira ternura y deseo de protección. Sin embargo, los políticos, tan feministas, no se ocupan en la misma medida de la violencia contra los menores. Tal vez, porque los niños no votan. Nos conmueven los relatos de ficción que lo describen pero mucho más si son reales. ¿ Quién no se ha impresionado al leer el sufrimiento de Oliver Twist ? El realismo con que Dickens describe el maltrato que recibe el niño nos impresiona. Hay que ser muy mala persona para hacer daño a un niño; los menores que sufren violencia se convierten inevitablemente en adultos inclinados a la delincuencia, con dificultad para integrarse en la sociedad. El niño que sufre abusos sexuales es víctima de aterradoras situaciones que, en su inmadurez, no sabe cómo defenderse; en muchos casos, no lo menciona por vergüenza o porque se siente culpable. También en la escuela el niño recibe maltrato por acoso de sus compañeros, lo que no suele denunciar por miedo al agresor, sufriendo calladamente malos tratos de toda laya. La prensa nos informa de los casos de violencia contra los niños, que no deja de aumentar y con frecuencia, tenemos la sensación de que no se ponen los medios necesarios para combatirla. Una sociedad que no destina medios suficientes para combatir tanta violencia es una sociedad enferma.