«Quién iba a pensar que los terrenos seguirían aún así»

ÓSCAR HERRERO
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Mariano Martínez, alcalde de Monzón, habla de promesas incumplidas a la hora de sustituir una industria que marcó la vida del pueblo desde 1944

El alcalde de Monzón, Mariano Martínez, con los terrenos de la antigua y desmantelada azucarera a la derecha de la imagen. - Foto: Eva Garrido

La planta, en el momento en el que se anunció su cierre.
La planta, en el momento en el que se anunció su cierre. - Foto: OSCAR NAVARRO
 
Las largas colas de tractores y camiones esperando para depositar el producto de las tierras de Palencia y parte de otras provincias, son cosa del pasado. Hace diez años que las dos campas de aparcamiento están vacías y, con ellas, muchas de las expectativas del pueblo azucarero.
Monzón de Campos perdió aquel agosto de hace 10 años algo más que su característico olor: la vida que logró en 1944 cuando la azucarera comenzó a funcionar, gracias a un Decreto de 14 de diciembre de 1940 que autorizaba a la Sociedad General Azucarera a trasladar una de sus molturadoras de Granada a Monzón de Campos, zona «más adecuada para la explotación de remolacha de mayor rendimiento económico», decía el Decreto. 
«En 2003 pasamos de ser un pueblo industrial a uno agrícola y de servicios», apunta Mariano Martínez, el actual alcalde de la localidad, el tercero desde que cerrara la Molturadora. «Aquel fue el comienzo de la desaparición de buena parte del tejido industrial de la provincia», vincula el socialista.
Y es que las ayudas que prometieron las Instituciones, como la Diputación o la Junta no tuvieron la repercusión esperada para atraer a esta localidad nuevos proyectos empresariales. «No sé por qué, si no eran lo suficientemente atractivas, pero las de la Junta no lograron ningún objeto. No sé qué fue de ellas», afirma Martínez que fue uno de los pocos que hizo uso de las ayudas provinciales para poner en marcha un negocio de ebanistería.
 
Promesas incumplidas. Pero de lo que más se queja Martínez, que ocupa un espacio en la bancada socialista en la Diputación, es de las promesas incumplidas y la manga ancha de la Junta con lo que se firmó y no llegó a hacerse realidad. «Han sido todo promesas incumplidas. Quién, aquellos días, con lo que se prometió en el desapacho del consejero Valín, iba a pensar que los terrenos de la antigua fábrica estuvieran 10 años después como están», echa la vista atrás el regidor. «Ni maltera, ni macroalcoholera. Nada y las instalaciones están hechas una ruina».
Algo parecido ocurrió unos años antes en Venta de Baños, localidad más fuerte, más industrial y con mayor población. Cuando, tras la fusión entre Sociedad General Azucarera Española y Ebro se anunció su cierre se hicieron también públicas promesas o buenas intenciones para trasladar algunas fábricas -se habló de una de piensos-. Pero el tiempo pasó y los terrenos, a día de hoy ,siguen vacíos, como en Monzón.
En esta localidad, no sólo no ha habido florecimiento industrial sino que los negocios y los servicios existentes han sufrido y sufren para seguir adelante en una localidad que llegó a tener, gracias a la remolacha un cine, un economato, dos sucursales de una misma caja de ahorros, dos consultorios médicos, dos paradas de tren, una gasolinera… De aquello poco queda ya.
 
«Este pueblo se está quedando sin gente, se está envejeciendo... vamos, esto se está convirtiendo en una miniatura de lo que le ocurre a Detroit»
Y los bares y restaurantes han sentido la crisis por dos flancos. La sufrida cuando los tractoristas y camioneros dejaron de llegar; y la general.
Bien lo sabe Raúl Amor, hostelero (La Casa de Piedra) que tiene la entrada de la factoría a escasos 100 metros. «Se jugó con la ilusión y el esfuerzo de muchas personas. En mi caso, cuando nos vendieron lo de la maltería creamos nuevas instalaciones. Pero la maltería no se creó», lamenta, al tiempo que critica el estado de abandono de los terrenos. «Nadie ha sabido, podido o querido dar la cara por este pueblo. A otros ayuntamientos les dieron contraprestaciones. Con Peñafiel, la consejera Silvia Clemente se volcó. Con Monzón, nadie. Al pueblo no le revirtieron parte de los terrenos, no se ha contado con él para nada».
 Amor además establece un paralelismo. «Este pueblo se está quedando sin gente, se está envejeciendo... vamos, esto se está convirtiendo en una miniatura de lo que le ocurre a Detroit».  
Y es que el número de habitantes no ha dejado de caer. En esta última década.  Si en 2002 estaban empadronados en la localidad 722 habitantes, los últimos datos del INE certifican que 652 habitantes viven en el municipio de Monzón esperando una salida para el que fue durante años, el motor de la localidad. Como hito, en 1940, sin la azucarera, Monzón tenía 750 habitantes. En 1960, 1.400.
 
José Valín declina hablar del tema
Diario Palentino ha intentado ponerse en contacto con José Valín, consejero de Agricultura hace una década,  para hablar de este aniversario y conocer de primera mano qué pasó en aquel agosto convulso y por qué los proyectos planteados no llegaron a buen puerto. Si bien el actual presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero ha preferido no hacer declaraciones al respecto.
Primero, en su visita esta semana a Palencia, donde la premura para entrar en la reunión con el alcalde, según los responsables del Ayuntamiento de la capital, no le permitió atender a este medio en un aparte.
Intentado el jueves de nuevo, y habiendo planteado a su Secretaría el objeto de la conversación, la respuesta fue igualmente negativa, alegando que ni el jueves, ni el viernes, la agenda le dejaba margen para contestar por teléfono a este periódico.