De los aplausos a las ocho de la tarde en gratitud al personal sanitario por cuanto se exponían por nosotros durante la Covid que tanto daño hizo, hemos pasado a un mundo enfadado y enervado. Creíamos, que al salir de la pesadilla seríamos más solidarios y comprensibles. No ha sido así. Según El Mundo, cada día cuarenta   profesionales de la salud que hicieron tanto por nosotros son agredidos y eso, solo es la punta del iceberg. ¿Qué puede mover a una persona para hacer mal a quien trata de ayudarle? Esto es un mundo al revés. El pillo, las estafas, mentiras, enchufes políticos lanzados a lo grande, leyes para unos pocos, riqueza que va como un cohete y se aloja en unos pocos bolsillos… Ahí está, que, los ricos crecen, pero más crecen los pobres. Imposible ver blanco sobre negro. Una parte de la juventud se pierde. No encuentra su sitio. Se siente abandonada. Ni siquiera pueden pensar en formar una familia y vuelven a la casa familiar; nadie de arriba lo plantea. Ni el trabajo remunerado normal, ni la vivienda están al alcance de todos los españoles como el NODO. Algunos políticos poderosos se desentienden de los problemas ciudadanos para centrarse en salvar al soldado Ryan del mea culpa al privilegiar, a los mismos, olvidando a los de siempre. El impuesto del pobre llamado IVA, vuelve con fuerza a la cesta de la compra. Y algunas personas mayores, desde que entrara en vigor la Ley de los derechos y el bienestar de los animales, sueña con ser uno de ellos ya que por lo menos, le alcanzarán el cepillo de dientes y, escucharan. «El estado físico y mental de un animal en relación en el que vive y muere» viene recogido en pródiga normativa teniéndose en cuenta, que los animales son seres sensibles. ¡Claro que lo son, y las personas también! Y a muchas, ni una sonrisa les llega, y eso, que es gratis. Sin temor a equivocación, a cuántos mayores les gustaría tener muchas de esas atenciones. ¿Qué está fallando? ¿Por qué hemos cambiado tanto? ¿Será que ya no hay sensibilidad, comprensión, misericordia, piedad, amor, ternura, generosidad, amabilidad, caridad, benevolencia, sabiduría, perdón…?  ¡Pobre humanidad!