Carmen Quintanilla Buey

Otra mirada

Carmen Quintanilla Buey


El abanico

17/08/2024

Estamos atravesando unos días en los que ¡bendito sea el inventor del abanico! Lo que me sorprende, es que sea casi privativo de la mujer. Nunca he visto abanicarse a un hombre. Ni siquiera en días como los actuales, en los que toda la gente procura darse un respiro. El llamado sexo fuerte pasa del invento. Y lo raro, es, que en el plan de alterne, ellos consumen más bebidas que contienen alcohol, que es calorífico cien por cien,  pues nada, ellos van y vienen mientras contemplan nuestro viento artificial, como diciendo que no necesitan  más aires de los que ya tienen . Yo tengo muchos abanicos : Algunos más recientes... otros heredados... también preciosos, pero muy deteriorados ....Al parecer, hubo una etapa, en la que se conquistó amorosamente a través del abanico. Ya sabían ellas que  cuando en reuniones se iniciaba el coqueteo, el abanico jugaba el papel de Celestino, y según cómo y dónde le dejasen, ellos, se daban por aludidos: Cerca de los ojos ....tapándose los labios....en la frente....Y las más atrevidas y lanzadas, se lo dejaban sobre las rodillas, entre una y otra, ¡ y... aquello, ya era la insinuación total de querer llevarse al tertuliano por andurriales pecaminosos ! En resumen, que el abanico, decía entonces, lo que poco más o menos resuelve ahora el teléfono móvil. Supongo que siendo así, en aquella etapa, se pondrían ellos muy gallítos, porque las insinuaciones y las pretensiones las recibían ellos a través de la manera de ver colocado el abanico. Por lo tanto, estarían en saco roto esos preámbulos para lo que ahora llamamos ligar. Y quiero contar algo relacionado con este tema, y que sin pretenderlo se convirtió para mí en algo imborrable : -Un día 25 de julio del año 2013 fui invitada a una merienda de cumpleaños. Acudí encantada, y ya cerca de la casa a la que me dirigía, me dí cuenta de que se  me había olvidado el abanico, y hacía un calor enorme. Como estaba pasando frente a una tienda de chinos, decidí entrar, y comprar uno. Y así lo hice. Me costó dos euros, y es totalmente blanco. Cuando regresé a casa me encontré con la triste noticia de que en Galicia, cerca de Santiago, se produjo un accidente ferroviario descomunal, muchas víctimas....¡Un desastre! Bueno, pues antes de ir a la cama , mi abanico blanco quedó por mí todo escrito con un poema  recuerdo-homenaje a tales consecuencias, y dice así :-En este abanico blanco que camufla mis suspiros/hoy incrusto un homenaje a todos los peregrinos/que cerquita de Santiago remataron su destino/en un tren que desmadrado equivocó su camino./ No hubo culpas ni culpables, son cosas de los designios. Se conmueve España entera, y hoy, Galicia es toda grito / Quede, pues, 
siempre el recuerdo por todos los fallecidos / en este abanico blanco, que me he comprado en Los Chinos./

ARCHIVADO EN: Sexo, Galicia, España