No me excedo si mezclo Paredes de Nava con Bruselas: cosas más raras se han visto. No hay otra urbe de más o menos 1900 vecinos en España que tenga a gala haberse mostrado en el lugar más exclusivo del mundo: Time Square de Nueva York gracias a Rosana Largo, mujer de gran valía que esta CA debería no olvidar. Paredes es villa de identidad cultural debido a la convivencia armoniosa de 120 personas procedentes de diversas partes del mundo y noticia hoy, al haber conseguido las paredeñas después de siglos de veto, formar parte de la cofradía de la Virgen de Carejas, triunfo, que muchas compartimos. Se habla de la paridad. Hay políticos que la utilizan sin decoro para ganarse el apoyo de algunas féminas. A favor estamos todas, pero de la que valga, igual que del hombre. Elevar a algunas por paripé o interés para después manejarlas a su antojo y no representar a ninguna… como que no. ¿Que por qué digo esto? Úrsula Von Der Leyen, lo tiene muy claro. Además de poder, inteligencia y audacia, distingue muy bien entre grano y paja, dice: «Toda mi vida he luchado para que las mujeres logren puestos de liderazgo y mi experiencia es que si no lo pides, no lo consigues». Complicado, pero su determinación es fuerte. Su propósito para cinco años de Ejecutivo comunitario es que sea paritario. Recuerden el revés que vivió en directo en aquel viaje a Turquía ante las cámaras de todo el mundo. Ella, mujer y presidenta de la Comisión Europea y Charles Michel, hombre, y presidente del Consejo representaba a los 27 miembros del bloque. Solo al hombre se le ofreció la silla. El presidente de Turquía y Michel, sentados. Úrsula de pie. Atónita levanta la mano interrogando. Se acomoda en un sofá distanciada de los dos hombres. Si la diplomacia es teatro, aquello fue de muy mal gusto y peor nivel. Úrsula, lo resumió en 3,45 min, entresaco: «…soy la primera mujer de la Comisión Europea y así me tratan en Turquía porque soy mujer» «¿Habría sucedido si hubiera llevado traje y corbata?» No, señora. El recorrido es largo para que hombre y mujer estén a la par. La ruta: seguir luchando y compitiendo en igualdad y buena lid, con el hombre.