Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


Criticar

07/07/2024

Es un ejercicio necesario en todas las actividades de la vida, en el sentido de analizar y examinar aquellos proyectos que se nos presentan a lo largo de nuestros días; es el modo de acercarnos a una visión correcta y ponderada tanto de la vida intelectual como en el campo de la política. Vivimos en una sociedad profundamente politizada y, lo que es peor, dramáticamente polarizada y dividida en dos grupos antagónicos que, según la intención del hablante, se les denomina progresistas y ultras. La elección de estos términos viene marcada por la inclinación política del hablante que es evidente. En una sociedad poco informada, la propaganda adquiere tanto valor que determina el sentido del voto en muchas ocasiones y, cuando esto resulta insuficiente, se recurre a otras medidas. La más frecuente es el sistemático desprestigio del rival donde se alcanzan cotas insoportables. En la escalada propagandística para mantenerse en el poder, el presidente del Gobierno quiere desplazar de los medios a aquellos periodistas que no pertenecen a la sección progresista de los profesionales de la información. Sánchez se queja de que hay pocos tertulianos que defiendan su política, en consecuencia, habrá que imponer nuevas normas o, tal vez, leyes que regulen la ideología de periodistas y tertulianos en los medios. Sin embargo, no se pronuncia sobre la muy dominante presencia de la izquierda en todas sus formas -también en la izquierda hay ultras- que no admiten ese adjetivo por considerarlo profundamente negativo y, en consecuencia, propio de la derecha. Y ese es otro aspecto profundamente injusto que se refleja en el lenguaje: así como la sociedad está ideológicamente dividida, también la caracterización de ambos grupos es tan arbitraria que llega a asociar a la izquierda con todo lo bueno y positivo, así como a la derecha con lo reaccionario y dañino. Es lo que se está produciendo en Europa en las manifestaciones que, dicen, son preventivas ante la aproximación al poder de la ultraderecha que sienten como una amenaza. Sin embargo, no temen a la ultraizquierda que forma parte del gobierno en países como el nuestro.