"A los inmigrantes se les da la parte periférica de la riqueza"

Juana Samanes
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IDEAS CLARAS. Esta intérprete, curtida en el teatro pero con una larga carrera en cine y televisión, se preocupa de dar vida y comprender a sus personajes

"A los inmigrantes se les da la parte periférica de la riqueza" - Foto: Felipe Mena

Amable y reflexiva, la actriz catalana Clara Segura ha entendido muy bien el personaje y la época en la que se desarrolla El 47, un drama sociológico, basado en hechos reales, que recuerda la lucha de unos vecinos de un barrio periférico de Barcelona, a finales de los años 70, para que al lugar donde vivían les llegarán servicios esenciales como el transporte público o, lo que es lo mismo, la línea 47 de autobús. Una historia que nos habla de los inmigrantes españoles que viajaron del campo a las grandes ciudades para lograr un futuro mejor para sus hijos.

Su personaje de Carmen es uno de los más atractivos que he visto este año porque era una mujer enamorada, bondadosa y comprometida. ¿Qué aspecto le llamó la atención cuando leyó el guión de la película?

Me sorprendió mucho que dejará de ser monja para casarse con Manolo y, como precisamente tengo una amiga que también hizo lo mismo no por amor sino por otras razones, tuve la necesidad de preguntarle sobre ese cambio de vocación. Pero es cierto que Carmen tenía también dentro el tema de la educación, era maestra. A ella, desde el primer momento, le preocupó que los niños de esa zona del extrarradio aprendieran a leer y a escribir. Y es un tema que actualmente estamos viendo en muchas partes del mundo, como se está retrocediendo en derechos cuando se está negando la educación. Me emocionó que muchos figurantes de la película eran precisamente de Torre Baró y algunos nos confesaron que fueron alumnos de Carmen.

El 47 narra una lucha vecinal de gente de un barrio marginal de Barcelona pero es universal, porque habla de inmigrantes que trabajaron para sacar adelante a sus familias y favorecieron el desarrollo de grandes ciudades. Es una historia que cala en el espectador…

Así es, mis padres nacieron en Barcelona pero mis abuelos paternos procedían de Murcia y fueron a trabajar allí para dar una educación a sus hijos. Actualmente tendríamos que reflexionar sobre los trabajos que hacen los inmigrantes que nosotros no queremos hacer. Siempre al que viene de fuera se le da la parte más periférica de la riqueza. Hay que pensar como tratamos a las personas y como queremos que nos traten. Una de las cosas que me emocionan más de este film son las reuniones de vecinos donde todos tenían su voto, su voz, había respeto vinieran de donde vinieran. Hoy somos más individualistas y nos cuesta relacionarnos en comunidad.

Es curioso lo que menciona, que en la sociedad de la tecnología, de las redes sociales, esos cauces en vez de unirnos, nos están separando

Nos están separando porque de entrada nos han hecho desconfiar de aquello que no vemos, y la gente está más polarizada, más radicalizada, sin escuchar la opinión del otro. Como se están priorizando relaciones donde no hay contacto visual, sino digital, cada vez va a ser más difícil la comunicación.

Una de las imágenes más bonitas de la película es la escuela que Carmen pone en marcha, en el año 1978, en un vagón de un tranvía. Parece mentira que hace poco tiempo todavía había en nuestro país gente adulta analfabeta 

Fíjate que fueron ellas, esas madres de familia, las que tomaron la iniciativa, porque querían aprender a leer y escribir a pesar de ser ya adultas, y Carmen se puso a enseñarlas. Esta película a mi también me interesa porque nos traslada a la Barcelona de hace solo cuatro décadas y puedes ver como ha cambiado tanto sin haber pasado demasiado tiempo. Vivimos con tal egocentrismo que no reparamos en lo que había antes. Estamos olvidando la historia de lo que ocurrió hace relativamente pocos años. Además, esta cinta resulta muy bonita, al mostrar imágenes documentales fantásticas de aquella época.