Se pretende que sean días de borrón y cuenta nueva. De poner a flote la parte optimista. Lo malo es, que dentro de las intenciones surgen las entrometidas añoranzas, y a esas, no hay quien las ponga candados y cerrojos, son unas metepatas que se cuelan y se ocultan hasta entre tos tradicionales polvorones. Ellas persisten, y cuanto más relevante, sea el caso, más sacan el pescuecillo las dueñonas para fastidiarlo todo. No admiten trabas ni paliativos, lo pasan en grande haciendo la puñeta. El caso, es, que el asunto es un caso. De manera inconsciente, y sobre todo, en los momentos de silencio ...soledad....nostalgia....música tradicional.... entonces, entonces, es cuando las metepatas añoranzas aparecen poco a poco y de manera solapada con una mezcla de llanto y risa, que sí, hay que reconocer su mérito, porque es algo muy difícil de conseguir, pero es aconsejable tener el pañuelito a mano, porque siempre aparece la lagrimilla inoportuna. Ayer, hablando por teléfono con un gran doctor, y gran amigo, salió a relucir éste tema, sí, porque lo inicié yo. Hablamos de muchas cosas propias de éstas fechas. y yo puse a flote la parte sentimental que conllevan. Muy razonable me dijo que es precioso sentir y sufrir a partes iguales cuando la situación lo requiere. Nadie tiene el privilegio de elegir su estado de ánimo, y que hasta cierto punto, es bonito, porque te hace sentir vivo. Si ni sufres, ni padeces.....¡mal síntoma, mal síntoma!. Y me puso el ejemplo de una célebre frase que pronunció un famoso escritor al referirse a Lola Flores . -No canta bien, ni baila bien, pero no os la perdáis- Pues así será: Y los momentos en los que las añoranzas me hagan papilla no me los perderé. Así necesitaré menos pañuelitos a mano, y menos tazas de tila. Este año, voy a procurar no perderme....ni...ni.... ¡ que sí, que sí, que intentaré que se vayan las añoranzas a hacer puñetas . Voy a conseguir que hasta después de que pasen los Reyes Majísimos, no me entren balas.. Tengo en su cuna, un Niño Jesús precioso, que tiene el privilegio de que dependiendo en la posición que le coloques, está triste, o sonriente. Pues ahora mismo, le cambiaré de postura para lograr que podamos sonreir los dos.