En 1975 falleció el general Franco. Enterrado en el Valle de los Caídos hasta octubre de 2019, cuando Sánchez decidió exhumar sus restos sin contar ni con la familia ni con nadie. Y en 2025 reaparecerá el dictador en nuestra vida política porque Sánchez ha decidido festejar los cincuenta años de su fallecimiento. El presidente acaba de anunciar que prepara una gigantesca celebración por la muerte de Franco, a partir del 8 de enero de 2025 con tantos como cien actos conmemorativos. Va a resultar un año totalmente gozoso que los ciudadanos festejaremos por todo lo alto. Se ha insistido en la vertiente cultural en escuelas y universidades, lo que es evidente que se traducirá en un adoctrinamiento ideológico en una clara dirección. Se dice que el objetivo es que los jóvenes nacidos ya en democracia conozcan lo que fue la España de la dictadura. Conocimiento evidentemente imbuido en la ideología gobernante. Veremos que en la guerra de 1936 solamente hubo víctimas de una de las partes contendientes, a quienes se homenajeó la semana pasada, por parte del presidente del Gobierno con indescriptible entusiasmo de sus seguidores. Será interesante comprobar el tratamiento que se dará al Rey Juan Carlos, sucesor a título de rey, de Francisco Franco. También se cumplirán cincuenta años del nombramiento del Rey Emérito como jefe del Estado, quien llevó a cabo la difícil tarea de vivir en primera persona la instauración de la democracia. Ahora que su nombre está siendo sistemáticamente deshonrado y envilecido por las lucrativas apariciones en televisión de quien fuera una de sus amantes, veremos cómo la ideología gobernante aprovecha la situación para atacar a la monarquía como institución. La Constitución de 1978, que consagró de manera oficial nuestra democracia, tuvo como principal objetivo establecer la concordia y acabar con el enfrentamiento entre los españoles. Pero ese deseado propósito fue abolido por Zapatero que vio en la confrontación entre las dos Españas una tabla de salvación para su mantenimiento en el gobierno. Y Sánchez ha aprendido y mejorado aquella táctica. Ese es el propósito de la colosal celebración que se anuncia para 2025.