Ilia Galán

Ilia Galán


La Trapa atrapa

17/02/2025

¿Quién podría decir a los monjes, cuando comenzaron a elaborar chocolates, que su empeño en hacer dulces productos acabaría en todas las partes del mundo? Aquí estoy, en Norteamérica, y vine con la compañía aérea de nombre patrio: Iberia. Acaban de hacer un pacto con la célebre fábrica de chocolates y bombones para que estos deliciosos y nutritivos obsequios acompañen los vuelos y yo lo aplaudo y lo celebro. Harto de hallar siempre las mismas marcas internacionales en lo supermercados. Pocas empresas, grandísimas, que van acabando con la variedad de cada lugar, van enriqueciendo a muy pocas manos, escondidas detrás de un enjambre de despachos, mientras arruinan a muchos pequeños. Pero la iniciativa del monasterio de La Trapa funcionó y, en vez de un dulce de alguna anodina marca, nos lo dan engendrado en Palencia, pequeños cubos de delicias divinas, que humanas bocas saborean, y es que es muy importante dar gracias a Dios por la vida, más fácil si la hacemos más agradable también a los de alrededor.
Junto a Venta de Baños, sigue en pie y muy visitada la interesantísima y visigótica iglesia de San Juan de Baños. El muy godo Rey Recesvinto la hizo levantar en el año 661. Es el más antiguo de los templos cristianos de España, desde esos tiempos de fieros bárbaros hacía poco tiempo convertidos al cristianismo nos ha llegado como un histórico regalo. A poca distancia tenemos el Monasterio de la Trapa, es decir el de San Isidoro o San Isidro, que con los más severos monjes habitan ahí en meditación aislada y rezando por nosotros desde 1891, aunque su origen comenzó en el siglo VII, restaurándose varias veces y luego como cenobio benedictino. Estos estrictos monjes, supieron poner en las bocas de muchas dulzuras innombrables. «Por sus frutos los conoceréis.» Y luego la fábrica produjo lo que en el avión veréis, del uno al otro confín del mundo, variedades de maravillas propias que ahora gentes de muchas naciones podrán saborear mientras vuelan, para aterrizar benditos, aunque ahora ya esto pertenezca a otras empresas. Endulzar la vida es mejor que amargarla. ¡Qué importante levantarse ofreciendo a los demás una sonrisa!