Sábado,   20   de   noviembre   de   2004.   Diario   Palentino.   Año   CXXI.   Número   20.183. Fundado en 1881. Precio 1 euro. Portada: Protección Civil. Siniestro simulado en Palencia. Y ADEMÁS... Dueñas/15. La Tello Téllez ?conmemora el V Centenario de Isabel la Católica. Doy vuelta a la portada y leo EL RETABLILLO de Gonzalo Ortega. Comienza con Turísticas. Continúa con Polígono. Sigue con Pintoresco y completa con Nieblas. Puedo asegurar que, como dijo aquel cura, de cuyo nombre yo tampoco quiero   acordarme,   sobre   la   Inmaculada,   un   ocho   de   diciembre,   que   no   tenía desperdicio como... El nombre del animal, me lo reservo. Tampoco lo tenía el tema elegido por Gonzalo. Descubría, en cada palabra, cuanto de riqueza la hace hermosa, distinta,  y la  -hilaba en la frase- con aquella socarronería que hacía fácil adivinar quién era el autor de aquel artículo y hacia dónde iban los tiros. Tenía un modo muy especial de enfocar todo lo que le llegaba desde una conversación, algo que oyó contar o que había leído, sí, leído porque el deber de todo buen periodista, y, créanme que lo fue, testigo soy, por amiga de Gonzalo y de su querida Dorita aquella de mi columna titulada MANOS DULCES que le dediqué porque nunca tomó mi padre, en La Coruña, hojuelas más finas que las que elaboró para él una Semana Santa de hace ya muchos años, que viajaron en tren, frente a mí -temblando dentro de su caja- y llegaron intactas, tan perfectas como si hubiesen salido de la sartén y miren que duraba aquel viaje Palencia-La Coruña... El lenguaje que nos hacía leer en Diario Palentino, oír en sus conferencias o pregones y admirar en sus libros, era el mismo que hablaban sus gentes, en su pueblo y comarca y que él, desde chiguito, oyó, aprendió y nos transmitió como un regalo.