Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


Cuarteto Camerata Europea

18/03/2024

El martes pasado, en el salón de actos de la residencia de mayores Puente de Hierro, tres músicos y una música se encargaron de hacer vibrar con sus instrumentos a un público entre el que había quienes desconocían por qué estaban allí. Pero el milagro llegó con la viola de Harold Hill; los violines de Pawel Hutnik e Irina Alecu y el contrabajo de Nesha Slavic, integrantes de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) El programa incluyó una buena selección de piezas para un público expectante y, el que más y el que menos, puso en ella los cinco sentidos al escuchar el primer latido de aquellos instrumentos de cuerda.  La primera parte se abrió con música clásica; Mozart, con Eine Kleine Nachtmusik (pequeña serenata nocturna)  II. Boccherini (minueto) III. Elgar, (Serenata para cuerdas) IV. Hoffmeister (Cuarteto con viola D'amore)  En la segunda parte sedujeron los tangos. V. El Cholo – Vinoldo. VI. Por una cabeza – Gardel. VII. Libertango – Piazzola. VIII. Cierra la nostálgica Suspiros de España - Antonio A. Alonso. Y de allí salimos sorprendidos por tan inesperado y maravilloso repertorio. No hace falta conocer al dedillo esta corriente musical de la que hay personas que  huyen por creerla un referente aburrido y se sienten reticentes cuando lo único que se necesita es sentir, emocionarse. La música clásica requiere de músicos y compositores de una gran especialización y profesionalismo. Cuando las cuerdas de aquellos instrumentos produjeron la primera vibración me sentí especialmente bien y una lagrimilla se paseó revoltosa. Y creo que no me sucedió solo a mí. Veía sus caras y el corazón, aunque parezca cansado y dormido, salta y responde ante la belleza de unas notas musicales. Fue tan grata la impresión que en todos causó que pedíamos que volvieran y que otras personas mayores nos acompañaran, ignorando que la OSCyL conjunto orquestal oficial de nuestra Comunidad tiene programado un maratón de actuaciones. Y nosotros, casi sin saber que existían pero esta temporada hemos tenido el privilegio de que la Fundación Siglo la trajera para nosotros. Gracias  a todos por haber hecho posible tan bonito regalo.