Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


A los robots los entrenan…

13/04/2025

para que reconozcan nuestros gestos. Inicialmente son estáticos. De momento su movilidad es difícil y nos hacen gracia. Pero la finalidad que buscan, es que parezcan humanos. Por eso cada día crean androides más perfectos para las prestaciones de las labores domésticas, especialmente, las de las personas mayores o con problemas de movilidad, pues tendrán capacidad incluso para comunicarse en caso de necesidad por algún peligro. Controlados por teleasistencia en remoto serán imparables y empezaran a popularizarse, dicen, muy pronto. Más adelante, llegaran los autómatas móviles y manipulados; se refieren a los que tengan una cierta empatía; sepan gesticular, entender o adivinar las intenciones humanas para mejor conectar. Y si se tiene dinero, harán la copia de uno mismo. Dará videoconferencias, saldrá a la calle igual que tú, hará la compra, acompañará al teatro, etc. Si a un robot con mucho entrenamiento se le enseña a reconocer los trabajos e intenciones humanas ¿es el robot el que se adapta al humano o es la persona la que se adapta a la máquina? El desafío es enorme que ni por curiosidad algunos conoceremos. Imaginen que mandamos el robot al súper. Además de la extrañeza que pueda suscitar, solo al principio entre clientes y viandantes ¿sabrá volver? Sobre esto, un informe dice que es muy posible que en lugar de llegar a la puerta de casa te espere en medio de la calle porque hay que suponer, que tendrán algún margen de error (…) A este paso el día menos pensado encontraremos un ejército de robots en patinete desplazándose con su mochila para hacer los trabajos que le eran inherentes al ser humano y se ganaba su pensión. Esto da miedo. Atrás quedará la mano con calorcito humano y es de temer que si sabe tanto, también se enfade y el cerebro que más mande sea el de un muñeco. Hoy se analiza el desarrollo extraordinario de la IA en muchos cometidos y ya es imparable para la autonomía de las máquinas por la ley del rendimiento que proporcionan. Y los humanoides que se queden con una mano delante y otra detrás vivirán del aire lo que su cuerpo aguante; los robots, se harán cargo de muchas y variadas parcelas. 

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