Por estas fechas. Sí, aproximadamente por ahora, hace ya unos cuantos años, y organizado por la Hermandad Ferroviaria, un grupo de socios, nos desplazábamos a Cambados ( Galicia ) y en el hotel A Mariña pasábamos unos días maravillosos. Yo siento nostalgia de aquellas vacaciones. Quizá, influyan en mí los recuerdos, el cariño, y la admiración que siento por Galicia. De esa región, me encanta todo: mar, paisaje, comida, escritores... Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán, Camilo José Cela... Y es que todo, personas y tierra, me remontan a épocas pasadas en las que mi padre, ferroviario, por cuestión de traslados con sus correspondientes ascensos, ocupó varios cargos por tierras gallegas.
Y, volviendo a las vacaciones de la Hermandad, Cambados, no tiene playa propiamente dicha, pero sí paseo marítimo, con el mar al mismo borde de la valla y muchas rocas en las que, en plan sonoro y contemplativo y con un poco de imaginación, puedes quedar atrapado y admirado, tanto que si te sientas, te llenas de paz y sosiego y no te movería de allí ni una grúa. 
Me encanta Cambados, con magníficos hoteles, muchos comercios con detalles y ropa preciosa, zonas de paseo, plaza relajante... No sé por qué motivo todo aquello se suspendió. Los propietarios del hotel, encantadores, tanto que cuando salíamos los excursionistas con nuestros atuendos playeros ya nos daban su opinión sobre cómo transcurriría el tiempo en cuanto a llover o no llover aunque algunas veces nos fuéramos en autocar a Sanxenxo. El recepcionista no daba una en el clavo. Cuando vaticinaba lluvia, lucía un sol espléndido y cuando presentía sol, regresábamos calados. 
Comida galleguiña, vino fresquito de Riveiro, sobremesas largas y sí, allí también recibí la preciosa noticia de haber obtenido el Premio de Poesía de Dueñas. Dentro del autocar camino de la playa, dijo el conductor «me dicen por teléfono que han avisado al hotel y Carmen Quintanilla ha obtenido en Dueñas el premio de poesía del Cerrato Palentino». Aplausos, celebración con mis contertulios de mesa, telefonazos aclaratorios... Y todo ello con Galicia como fondo. ¿Castilla o Galicia? ¡Quiero a las dos! El cariño puede ser extenso, y si no que se lo pregunten a ese chico que a fuerza de repartir cariño, desde hace unos días le encontramos hasta en la sopa.