Cuenta la leyenda que en un tiempo inmemorable los filisteos, habitantes de un pueblo que hoy es Gaza, eran acérrimos enemigos del pueblo de Judá. Y que hubo un enfrentamiento en el que el gigante filisteo Goliat desafió al joven pastor David que no dudó en defender al pueblo de Israel, armado tan sólo con una honda y cinco piedras, mientras Goliat con una altura de seis codos y un palmo, su casco de bronce sobre su cabeza y una cota de malla protegiendo su cuerpo, se burlaba de él por su debilidad y aspecto. El fin de la historia todos lo conocemos, y es que David atinó en la cabeza de Goliat con una enorme piedra y este se desmayó. Entonces David le tomo su espada y con ella le cortó la cabeza. Su poder le venía de la grandeza de Jehová que protegía su espíritu y su honor, y el de su pueblo.
A todos se nos ha pasado por la cabeza esta historia cuando hemos contemplado la escena entre Trump y Zelenski en el Salón Oval. Sin embargo, en este caso la honda no ha dado resultado y el líder ucraniano se ha refugiado en su fe en Jehová- ahora Europa- donde le han acogido con calor, pero sin saber qué hacer con el conflicto. Financiar una guerra…¿ perdida?. Es muy caro además de peligroso, por lo que la amenaza de Trump sobre una posible tercera guerra mundial si no acepta sus condiciones, cuando menos inquietante. Si la imagen física de aquellos coincide mucho con la de estos, más paralelismos hay entre los intereses que representan ambos. Mientras que Zelenski aún representa viejos valores europeos como el honor, la justicia, la valentía y la dignidad, Trump representa los suyos: Los de un comerciante trilero y megalómano al que mueven tan sólo el poder y el dinero- el nuevo espíritu, el Jehová de nuestro tiempo- hasta aliarse con su eterno enemigo de un día para otro. Es una cruda fotografía de la política actual. Tan dura como inquietante. Tan real y amarga como lo que hemos contemplado atónitos. Claudicará Zelenski, triste e injustamente frente a los Goliats y sus ejércitos. No sabemos cómo, y esa es la incertidumbre que asoma cada noche en nuestros pensamientos antes de dormir. La patada que en sus partes ha recibido Europa, a través de Ucrania, quizás haga despertar su espíritu. Y sus parlamentarios que se ganen su sueldo.