Hoy voy a contarles una experiencia que tuve cuando tenía 16 años y era alumno del IES Jorge Manrique. Un día el profe de física se presentó en clase con tres cubos de agua que dejó sobre su mesa para después señalarme, entre el medio centenar de alumnos que lo mirábamos curiosos, para que subiera al estrado. Me situé a su lado mientras él explicaba que el cubo de mi izquierda tenía agua congelada, el de la derecha agua hirviendo, y el del centro agua del grifo. Después me pidió que metiera mi mano izquierda en el agua helada, y la derecha en el agua hirviente. Me tuvo así medio minuto más o menos, para luego pedirme que sacara las manos de esos cubos, las metiera a la vez en el cubo con agua de grifo, y dijera si esa agua estaba caliente o fría. Y claro, cuando lo hice le dije que la izquierda me decía que esa agua estaba caliente, mientras que la derecha me decía que estaba fría. El profe sonrió al escuchar lo que quería oír, añadió una reflexión sobre la percepción de los sentidos, para concluir con que ambas manos no mentían, que tenían razón al transmitir las contradictorias sensaciones térmicas, pero que había algo que no admitía discusión, y era que la temperatura del agua de grifo era de 21,2 grados. Ese experimento me marcó de por vida en dos aspectos que me caracterizan como persona. El primero, cada vez que debato sobre un tema siempre pienso que la otra persona probablemente también tiene su parte de razón, lo cual me lleva a no ser vehemente en mis afirmaciones. Y el segundo, que para conocer la realidad hay que objetivarla, hay que ponerla cifras para poder abordar los problemas con alguna probabilidad de éxito. Y esto último es lo que voy a hacer en lo que se refiere a la preocupante deriva económica que sufre la capital palentina. Como saben, 2024 ha sido un año magnífico en materia de creación de empleo para nuestro país. Según datos de afiliación a la Seguridad Social, en España se crearon 468.084 puestos de trabajo, y en Castilla y León 14.037. Y todas las capitales castellanoleonesas crearon empleo, todas… menos una: Palencia, que destruyó 213 puestos de trabajo, un dato que no admite discusión, y que probablemente desconocía la concejala del Área de Ralentización Económica del Ayuntamiento. Pues ahora ya lo sabe. A trabajar.