Fernando Martín Aduriz

Dirección única

Fernando Martín Aduriz


‘Psicopolítica’

18/06/2024

Hemos de recurrir a la psicopatología para explicarnos los resultados electorales. 
La decisión del votante se argumenta en razones de hartazgo y emocionales. La estrella del momento es el término emocional. Es la pereza: el significante «psicológico» sería el correcto, pues incluye no sólo lo emocional sino también lo pasional, lo sentimental, lo imaginario y las identificaciones inconscientes.
Pongo la causa en la ausencia del deseo de saber, en la creciente necedad («me hago creer que sé»), en la ignorancia más profunda sobre la política, las ideas políticas, la organización política. ¡Todos opinando!, ¡todos Rousseau! Es el tiempo de la psicopolítica.
Un libro del filósofo coreano Byung-Chul Han, Psicopolítica, señala el ardid de la transparencia: «El secreto, la extrañeza o la otredad representan obstáculos para una comunicación ilimitada. De ahí que sean desarticulados en nombre de la transparencia». También el inconsciente digital: «Si el Big Data proporcionara un acceso al reino inconsciente…sería pensable una psicopolítica que interviniera hasta en lo profundo de nuestra psique y la explotara».  Culpable: la cultura educativa de nuestro entorno. Un desprecio absoluto por la palabra y por la utilidad de lo inútil. Un amor excelso por la jerga conductista: gratificaciones, bonus, premios, menciones, partes, castigos, exámenes, controles, evaluaciones…Nada de perder el tiempo leyendo o estudiando lo que «no entra en el examen».
Todo ello conduce a la pasión por la televisión basura, por las series que atrapan atontando, por la fiesta perpetua, por disfrutar…que son dos días. Se da la espalda a la prensa escrita, al asociacionismo juvenil o cultural, nace la burla de los intelectuales, los que dedican la vida al estudio y al saber. El triunfo en la vida quiere decir haberse sabido enriquecer, se denomina perder el tiempo a las horas de lazo social formando parte de una comunidad, y se exige a los hijos que estudien, pero el temario únicamente. Y que piensen en su beneficio individual, no sea que pierdan tiempo en el servicio a los demás.
El entorno educativo y cultural es impotente ante el culto al cuerpo, el consumo desenfrenado y el individualismo de goce. De esos vientos nacen en Europa algunos resultados electorales: la búsqueda de un amo. Quieren un amo, para que el resto se siga inflando a tranquilizantes: calla y toma la píldora.El votante y el amo. Nos harán callar al resto y tendrán su amo, quizá no le llamen Hitler, por decoro. O por memoria psicopolítica.