Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


La chistera de Sánchez

06/08/2024

Oía el discurso de Sánchez en el que debía centrar su intervención sobre el caso Begoña. Todo parecía que iba a poner de manifiesto el porqué de su negación a declarar, las disensiones con el juez Peinado… para quitarnos esa enorme duda que tienen los españolitos que sospechan que lo que se está haciendo es marear la perdiz para apartar al juez molesto. Pero el presidente comienza a sacar efectos de su chistera como mago de lo inconcreto. Sus verdades son solo a medias, como siempre. 
Rubalcaba dijo en 2004, que «merecemos un Gobierno que nos diga la verdad», y conocía al de la chistera y no como bueno, según nos decía cenando. Le escuchábamos embelesados. Don Alfredo, asimilaba lo cierto a lo bueno. Los ciudadanos entendieron en las urnas que, un error, una equivocación política, puede ser excusable, pero no la mentira. 
La mentira era una de las conductas más reprobables en una sociedad democrática. Y se ha instalado con un juicio falso: «Si digo la verdad, es posible que pierda las elecciones. ¿Es lo que queréis?» 
El electorado quiere ilusiones, conejos, palomas, monedas de chistera. Por eso hoy no hace falta la verdad, pero sí un relato, relato famoso de relatores, de acuerdo con su marco ideológico, de la misma chistera de siempre.
A sus socialistas el mago les pregunta previa votación en el Congreso: ¿A que queréis que gane Illa? No hace falta que Illa sea bueno os conformaréis con uno de los nuestros, de nuestra chistera. La contestación va en la pregunta.
Y sigue diciendo el vendedor de crecepelo, el acuerdo de Cataluña es bueno, incuestionable. Si es incuestionable, pueblo español, ¿qué hace falta ya, sino su aplicación, que no lo retrase nadie? Nos desprecia por tontos. Tras un juicio de valor: el acuerdo es inmejorable, lo que hago es perfecto, surge la eterna pregunta ¿qué más queréis? El mago dice: lo veis agoreros como España no se rompe. Es una verdad para tontos.
Todo así… así son los viajes en Falcon, o el uso de la Abogacía del Estado en causa no estatal. Son efectos, la verdad no existe.
Y no se ha cerrado la chistera…