Nos dicen que tal día es la fiesta de los enamorados, pero no sé si también lo es de los correspondidos, porque existen muchos casos en los que la persona que se enamora, se queda con las ganas de ser amada por quien ella ama. Y es que aquel amor estilo Romeo y Julieta, en primer lugar ya no está de moda. Tampoco lo está aquello de pedir la mano a los padres de la novia, porque la mano, el pie, y todos sus etcéteras ya está concedido de antemano. Tendríamos que cambiar en casi todos los términos ancestrales: Se solicitaba la entrada en casa...Y en lo relativo a la parte eclesiástica ya no sé si todavía sigue lo de: ¿Prometes amarle y respetarle todos los días de tu vida? o Hasta que la muerte os separe o Sí, quiero, pues en muchos casos está clarísimo que alguno de los dos, y a veces los dos por separado, y en ocasiones de total acuerdo, dicen --sí, quiero-- pero de momento, porque en la forma que nos han ensanchado la manga... mañana... Dios dirá. (De temas de bodas hablo en pasados recuerdos, porque desde hace una temporada da la casualidad de que no he acudido a ninguna). Por otra parte, pienso que está muy bien ir quitando trabas y dejar atrás tantísimos prejuicios, aguantarse, y a veces soportarse es terrible, y como el juez más estricto está entre las nubes, y además es muy comprensivo... Pues nada, el borrón y cuenta nueva será el recurso que cada vez cobrará más fuerza, y además justificada. Pero todo con sensatez. La vida es un soplo, y lo mejor es que no se convierta nunca en huracán y se lleve de calle... pues incluso la salud. Sí, porque la felicidad es la mejor medicina y el mejor centro de belleza. Si quieres, y no te quieren, corta por lo sano. O si pasado el berrinche, sientes que te quieren y tú sigues queriendo... pasa todo por alto. Claro que para captar todo este tejemaneje en su justa medida, hace falta vista de lince, pero las mujeres somos muy avispadillas y no nos la dan con queso. Ya se pasaron de moda los piropos... el tortazo tras el beso robado... A veces los familiares, o los amigos íntimos, son un poco metepatas intentando acribillar con consejos basados en unos puntos de vista que parecen sacados del baúl de los recuerdos. La fiesta del amor, que lo sea con toda su merecida celebración. La cordura, y el sentido común, tienen que llevar la voz cantante.Y entre el rechazar y el aguantar, existe un término medio, que si sabemos encontrarlo tendremos mucha suerte, porque es precioso.