Carmen Arroyo

La Quinta

Carmen Arroyo


Cadena de odio

22/08/2024

Un nuevo crimen engendrado por odio, por ideas que nacen, en muchos casos, en las redes donde el anonimato ampara a quienes las esparcen sin pudor. No veo otro motivo mayor que ese mensaje -lanzado a los cuatro vientos- que se incrusta en la piel, en el corazón, en las vísceras de quienes oyen, asimilan, piensan lo peor y lo ponen en práctica, sin que les falle el pulso. Puede que me equivoque. Lo admito. Sin embargo, cuando escribo mi columna para Diario Palentino, la indignación se mezcla con la repulsa más absoluta y con el dolor que está sufriendo la familia del pequeño asesinado. Y, también, sí, también, el sufrimiento lógico de la otra familia, la del joven que se ha convertido en el brazo ejecutor de ese odio.
Y así, se escucha, se participa, se eleva la crítica destructiva, y se esparcen rencor y desprecio, que se transforman en odio a todo aquello que no sea tal y como yo, especialísimo y privilegiado ser humano, espero y deseo que sea. Y tengamos en cuenta que, no uno, sino muchos, avanzan por este camino ancho y espacioso por el que se llega a tanta sinrazón y que no parece preocupar mucho a algunos de quienes caminamos mezclando nuestros pasos. Me pregunto. No obtengo respuesta Y, me preocupa la más que probable certidumbre de que, quienes lanzaron la primera piedra del mensaje siguen ahí, felices porque ven -con satisfacción- que su mesianismo crea nuevos adeptos. Serviles y dispuestos a defender lo que ellos de ¿modo consciente? Sembraron.  Es probable que ocurra. Aceite derramada, imposible de recuperar. No perdamos la confianza en la bondad del ser humano y en su capacidad para distinguir el bien y el mal. Y en poner en práctica el primero. Confiemos.

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