Lo que voy a relatar es algo que me acerca recuerdos alegres de tiempo lejano y feliz. Lo hago de noche, escribo mi columna hoy sábado, 26. A las tres de la mañana, atrasaremos una hora el reloj y, libres para pensar, creeremos haber ganado una hora. Cambio horario obligado para ahorrar energía. Bien está, diría Toyi Marcos. Quizá, añado, más racional y menos apetecible. No piensen que, por olvido, repita lo que les detallo ahora. Es mi modo de agradecer a D. Carlos Porro su gesto amable. Contar años no tiene por qué ser fuente de tristeza y narro, con buen ánimo, el detalle de otro amigo. Muchas personas, sabían que D. José María Fernández Nieto, amigo de Marcelino, al decirle que éramos novios, fue a Perazancas y subieron ambos a Cubillo de Ojeda, para conocer a la nueva novia del amigo. Marcelino tuvo, antes, otra enamorada, pero, en cuestiones de amor, no se manda, se obedece. El poeta me dio un fuerte abrazo, y dijo «qué bien hueles». A Lux, el jabón de las estrellas, contesté. La tele por aquellos años mostraba hermosas mujeres y la pastilla de jabón cerca, embelleciéndolas. Era 1963.
El 17 de mayo de 2018, a las diecinueve horas y quince minutos, en segunda convocatoria, bajo la presidencia del director D. Marcelino García Velasco, quien propuso constase en acta el pésame por fallecimiento del hermano de la Académica Herrán Santiago. El Consejo Pleno lo acepta. D. Rafael Martínez da lectura a las actas de la sesión anterior que fueron aprobadas por unanimidad. Debido «a que algunos académicos han enviado nuevos nombres se decide que se enviará la nueva lista a todos los académicos , con un breve currículo de cada uno de los propuestos y en la primera quincena del mes de junio se procederá a convocar un Consejo Pleno extraordinario para debatir y votar dicha lista».
Se convocó el 6-06-2018 a Consejo Pleno para el 14 de junio, jueves, a las 18:00 h. Única convocatoria. Orden del día: 1-Propuesta nuevos académicos. Votaciones. Y 2- las Bases del I Premio de Investigación de la Institución. D. Carlos Porro me regaló… Sí, acertaron, una pastilla de jabón Lux. Entren en Internet. Verla, tocarla, olerla, fue volar hacia atrás. La pastilla encendió recuerdos dulces. Gracias amigo: el refrán, fue realidad. (I)