Carmen Arroyo

La Quinta

Carmen Arroyo


Gracias señora Meloni

24/10/2024

Sí, digo gracias. Está preocupada por solucionar el grave problema emigratorio que causa esa avalancha de personas que se mueven por nuestras ciudades europeas -si tuvieron suerte- y, antes, no fueron invitadas a salir de la zona empujados mar adentro, o, quizá, no llegaron a Jauja porque fallecieron en su intento, al venir, en gélidas aguas: No sabían nadar. Sus cadáveres, arrojados por los patrones que mandaban en la embarcación; por supuesto, jamás por ningún alto cargo dentro de ese organigrama que se da en mafias que viven, nada mal, de exprimir los pocos dineros de personas que pasaron hambre en sus países para poder entregar la cantidad exigida a los clanes que medran a su costa. Es triste que no hallen otro medio de escapar de países en los que pudieron malvivir sin exponer su vida hasta entonces. Grande la distancia exigida a quienes fotografiaban hace pocos días -la zona de aparcamiento obligado- antes de ser trasladados los 12 emigrantes ¡Ay! que fueron 16, y qué lujo de avión con más vigilantes que otra cosa, para ser otro día, enviados  a un punto más al interior. Allí no se ven.
Oí que cada adosado, tiene capacidad para cuatro emigrantes. Fueron diseñados por alguien, elevados con mano de obra humana y materiales al uso. Todo lleva tiempo. ¿Cuándo comenzó a rodar la idea por la mente de la señora Meloni? Como esa joya que están levantando en nuestro querido Salón, no del Prado, pero casi, para beneficio de unos pocos y sin pedir consenso al pueblo palentino al que han robado espacio y belleza…
Sí, «pasen y vean señores». Busquen la escultura de Pilar Herrero, única escultora mujer en Palencia; qué manía tienes de empoderar a la  mujer palentina, Carmen, si al fin y al cabo, tu único mérito para sentirte parte de ellas fue casarte con un palentino, poeta grande, sí, me llevaba  siete años y era grande desde su estatura hasta su inteligencia y en el poderío de sus versos. Pronto empezará el invierno y ya este otoño, de boletus escasos, la Rosa, ni siquiera está cubierta con una manta que la cubra para evitar arañazos y males mayores, aunque bien mirado, también los olivos están tristes porque su belleza serena, será que soy de la Sierra de Gata, están deslucidos por el polvo acumulado durante esa obra.