Juanma Terceño

El hecho gastronómico

Juanma Terceño


¿Producto o receta?

12/03/2025

Les quiero explicar un poco el título de este artículo de hoy, porque es una curiosidad personal que tengo, y me surge sobre productos gastronómicos de contrastada y altísima calidad, glamour y otras cosas; aún no tengo claro si los disfruto más servidos o presentados de manera sencilla y tradicional, situación en la que me como una cantidad importante, o elaborados y «tuneados» por un chef, caso en los que me como una pequeña cantidad. Ejemplos máximos de productos con los que me pasa esto son las ostras, navajas o gambas rojas, por ejemplo. Así que mi debate interno, que está sin resolver tras varios años de «run run» en mi cabeza, es si prefiero comerme media docena de ostras al natural, o una «ostra acevichada sobre», o asada, o elaborada. No sé si prefiero una ración de gambas rojas o un «carpaccio de gamba roja con…» Probablemente dependa del estado de ánimo, o quizás de a qué tipo de restaurante y con qué compañía vaya a acudir, o si la gastronomía va a ser más tradicional, de platos a compartir, o entrantes al centro y plato principal, o de la otra manera, dentro de un menú degustación en una secuencia ordenada para probar muchos pequeños bocados. En mi entorno íntimo, cuando he sacado esta conversación, veo con más frecuencia la orientación hacia las raciones del producto más puro que hacia una mayor elaboración del mismo, y con preferencia a darles más bocados a ese ingrediente estrella. Igual también porque esta opción no deja de estar más relacionada con comidas algo más asequibles y que se alargan durante menos horas, con menor ortodoxia y formalidad que esos menús degustación. También debo reconocer que con más frecuencia me declino por la primera opción, esa de disfrutar de media docena, una docena o la ración, que la de consumir ese producto estrella tuneado. De hecho, la que quizás ha sido la ostra elaborada que más me ha gustado en mi vida, hecha por mi amigo el chef paraguayo Ever Cubilla en su restaurante Étnik de Barcelona, me llevó a decir la frase; «probablemente esta es la ostra más rica que he probado en mi vida, pero si nos la hubiera traído al natural, sin tocar, hubiera comido una docena». En fin, que ya tenía ganas de desahogarme con este asunto, ustedes perdonarán.