Manuel Guisande Nájera

En otro punto

Manuel Guisande Nájera


Palencia, una gran ciudad para imaginar

08/04/2025

Palencia mola, y para imaginar, ni te cuento; aunque esto de imaginar, pues tiene su cosa, se necesita un punto de desquicie, pero eso es sano… bueno, bueno, sanísimo, te lo digo yo, que estoy fatal.

¿Y qué lugar de la ciudad es bueno para imaginar? Pues cualquiera, pero para mí, como el parque de la Isla no hay nada. Mira, hace unos días fui a dar una vuelta por allí, y entonces al llegar al final, donde se vuelven a encontrar las dos lenguas del río, me senté, abrí los brazos, los estiré hacia adelante, luego para atrás y, joé, los remeros de Orio no tienen nada que hacer conmigo. Allí me sentía, no sé si de Oxford o Cambridge por el Támesis, pero yo miraba a babor, a estribor y por popa y no veía nadie, pero es que a nadie, les estaba sacando una ventaja…

Yo, que iba en la embarcación de Cambridge, llegué de primero y (esto fue muy bueno) al cruzar la meta me puse a cantar el himno de Palencia, repitiendo la estrofa de "Dios te salve, Palencia querida", pero iba con segundas, para los de Oxford. Me reí… bueno lo que me reí.

Y así estaba, en medio de la isla, cuando me entró un punto a lo Robinson Crusoe, pero distinto, porque Robinson Crusoe era de Inglaterra y ya se sabe que allí solo comen pan de molde y "fish an chips" Y si solo te alimentas de eso, pues, oye, lo de vivir solo en medio de la nada esperando a que alguien te rescate, se va llevando. Pero si eres de Palencia…, joé; si eres de Palencia y empiezas a acordarte del lechazo churro, de la menestra, de los palominos bravíos o de las patatas a la importancia… y ya no te cuento si por tu mente pasan los "socorritos"…

Tiene que ser duro eso, acordarte de los "socorritos" en medio de la nada, esperando a que llegue alguien cuando vas ya por la fogata 4.300. Pues así estaba, entre que era remero y Mariano Crusoe, una felicidad imaginando… En fin, que mañana vuelvo, que me compré una trainera.