Por fin pude conocer recientemente un templo del buen gusto que tienen nuestros vecinos leoneses en Cacabelos, La Moncloa de San Lázaro, establecimiento asociado a Enoturismo del Bierzo. Gran ejemplo de arquitectura tradicional berciana construido en piedra, pizarra y madera, ubicada en lo que fue un antiguo hospital de peregrinos del siglo XVII, dirigido por Ada Prada y Álvaro Vidal, grandes conocedores y embajadores de estas tierras, de su historia y paisajes, personas y productos.
El complejo cuenta con hotel de ocho cómodas habitaciones y varios espacios de esparcimiento; restaurante, café salón, terraza comedor, salón de eventos y una gran terraza, además de una sorprendente tienda en la que comercializan con orgullo multitud de productos artesanos locales; vinos de la zona, mieles, conservas de elaboración propia, chocolates, infusiones, aguardientes, porcelanas, mantas, bolsos y ¡un surtido de calcetines que ya querría tener alguna tienda de moda!
Con tremendo dinamismo, es punto de encuentro, especialmente los fines de semana. Los mediodías para familias y grupos que acuden a comer su propuesta tradicional, en la que no faltan cecinas, botillo, pimientos asados, trucha, costillas de matanza, pollo de corral, quesos, verduras de su huerto o huevos y tortillas de gallinas contentas. Y las noches ambientazo para sus famosas fiestas y conciertos, que están deseando poder volver a celebrar en cuanto sea responsablemente posible.
Desde luego un ejemplo de diversificación en torno a una idea de desarrollo rural, con los pies muy en el suelo, profundo conocimiento del entorno, de su diferenciación y de su potencial, digno de admiración. Conocerles, pasar unas horas con ellos y dormir allí me provocó grandes sensaciones de tranquilidad, relax, comodidad y camaradería… vamos, que estuve ‘tan a gustito’.
Y creo que casos como estos son los que necesitamos para evitar la fuga de nuestros jóvenes; en Palencia conozco algunos exitosos también nacidos desde la gastronomía, y hay mucho recorrido para más, estoy convencido. Buscar la excelencia desde la sencillez, según las posibilidades, con idea no especulativa y sí de largo plazo, con motivaciones de raíces familiares y mucha pasión, son apuestas a futuro.