Julio López

Julio López


Morder la mano

06/09/2024

Que conste que, en el fondo, coincido con ella. Sí, con Miriam Andrés, alcaldesa de Palencia y secretaria provincial del PSOE. Estoy de acuerdo con sus palabras en contra del pacto por el cual Pedro Sánchez ha prometido un régimen fiscal singular a Cataluña a cambio de que ERC hiciera «President de la Generalitat» a Salvador Illa. No tengo espacio en esta columna para explicar por qué ese pacto será nefasto para Castilla y León y, en consecuencia, para Palencia, pero es surrealista que un Gobierno de España, autodenominado progresista, haya tomado una decisión que dinamitará los cimientos de la solidaridad interterritorial de nuestro país. Sí, Miriam Andrés ha sido noticia a nivel nacional con sus declaraciones. Y lo ha sido porque no es una política del PP o de Vox, sino porque es la que manda en el PSOE de Palencia, y supone una opinión discrepante con la línea oficial del PSOE, o lo que es lo mismo, con lo que a cada momento decide Sánchez. Su foto ha aparecido, junto con la Emiliano García Page, bajo titulares destacando que ambos se alinean contra el acuerdo fiscal de Cataluña. Sí, una voz discordante, que para Miriam Andrés supone un lujo que no se puede permitir. ¿Por qué? Pues porque además de dirigente socialista, es alcaldesa de Palencia, y sabiendo cómo se las gastan Pedro Sánchez y Óscar Puente, no creo que sus declaraciones contribuyan a que el ministro de Fomento acceda ahora a satisfacer las reivindicaciones que Andrés le planteó hace unas semanas. Al contrario, creo que con esto podemos dar ese capítulo por cerrado en lo que queda de legislatura, un problema que no hubiera surgido si, como ya he dicho en otras ocasiones, el ser alcalde fuese incompatible con el ejercicio de elevadas responsabilidades orgánicas en un partido político. Por eso creo que la postura de Miriam Andrés ha sido valiente, en tanto que mandamás socialista, pero poco inteligente como alcaldesa. Y los palentinos necesitamos precisamente que nuestros representantes hablen en nombre nuestro y no como dirigentes de su partido político. Eso lo sabía bien Heliodoro Gallego, a quien jamás se le ocurrió meter el dedo en el ojo a José Luís Rodríguez Zapatero por aquello de que, como dice el dicho, no se muerde la mano de quien te da de comer.