Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


La semana

05/05/2024

Concluye, por fin, una semana muy negativa en diversos ámbitos. Comenzó con la aparición estelar del presidente Sánchez que se reincorporaba a su trabajo transcurridos cinco días de permiso que se dio a sí mismo, para reflexionar. Mucho se ha comentado este lamentable espectáculo muy bien calculado, apelando al sentimentalismo de los ciudadanos, mediante el cual pretendía salir reforzado en su liderazgo, pero que, evidentemente, salió debilitado. En la sociedad española hay preocupación por sus anuncios de regeneración democrática que, según sus palabras, pasan por excluir a la oposición política, controlar a los jueces y perseguir la actividad mediática que manifieste una actitud crítica con él. La semana siguió con la luctuosa noticia del fallecimiento del gran filólogo Francisco Rico, catedrático y académico de la RAE, donde ha dejado un profundo vacío que va a ser complicado  llenar. Autor de una magistral obra de investigación sobre la literatura medieval y del siglo de oro español. Su monumental edición del Quijote será muy difícil de superar y sus estudios sobre El Lazarillo, Petrarca y la poesía del Renacimiento, por citar sus trabajos más conocidos, resultan indispensables para todo estudiante de Literatura. Ahora, cuando  el estudio de la Literatura y de las Humanidades, en general, pasa por una profunda crisis, cuando las facultades de filología registran una disminución de alumnos muy acusada, la pérdida de ilustres investigadores, como es el caso de Francisco Rico, resulta especialmente desoladora. Mayo nos trajo el fallecimiento de una gran periodista, Victoria Prego, cronista de la transición y el de Paul Auster, extraordinario novelista norteamericano, renovador del género narrativo, desarrollado a través de treinta y cuatro libros, de los que dieciocho son novelas, además de guiones teatrales, poesía y memorias. Cuando yo leí su Leviatán, me convertí en fiel seguidora de su obra. La más conocida es su Trilogía de Nueva York, pero cuando en 2017 publicó 4321, novela experimental por su novedosa estructura, quedó consagrado como uno de los grandes en su género. Premio Príncipe de Asturias y candidato al Nobel de Literatura del que siempre ha sido injustamente relegado.