Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


Cinco días

28/04/2024

De permiso son los que se ha tomado el presidente del Gobierno por asuntos propios. Lo ha comunicado mediante carta abierta a los ciudadanos, transmitida en la red X, donde intenta describir su malestar por la intervención judicial para investigar el presunto tráfico de influencias realizado por su esposa. No hallamos ninguna explicación al respecto sino un relato en el que su autor recurre a la fácil manipulación de los sentimientos de los lectores: por un lado, destila odio a todo  aquel que ataque a su familia. Considera una línea roja que no debe traspasarse. Dice que hay que mantener a la familia fuera del debate político. Esa afirmación ¿debe también aplicarse a la familia de la presidente de la Comunidad de Madrid? Parece que no. Solamente la suya debe permanecer inmune, incluso a la acción de la justicia. Apela también a la compasión de los ciudadanos porque él es la víctima de los odiadores de la derecha que, según dice, llenan de fango la vida política. Y eso que él es el creador de la política del muro y de la deslegitimación de la crítica.  Aquí se manifiesta como un profundo enamorado y, por ese amor, está planteándose la renuncia a la presidencia del Gobierno. Esta generosa actitud ya la hemos visto en la literatura: así se expresaría un héroe romántico. Naturalmente en la ficción. De ese modo lo han entendido sus correligionarios socialistas a quienes les ha faltado tiempo para salir en tromba suplicándole que no se vaya. Una actitud que se asemeja a un plebiscito que daría legitimidad a sus decisiones políticas y reforzaría su visceral narcisismo. Este retiro reflexivo ha sido pensado haciéndolo coincidir con el inicio de la campaña electoral catalana. No parece casual la coincidencia, sino que más bien se trata de una estrategia estética que apela a los sentimientos de los ciudadanos y oculta toda explicación de los hechos que afectan a su esposa, como sería exigible en cualquier democracia. Es una jugada perfectamente calculada: retirarse a reflexionar durante cinco días,  escapando de los problemas para no afrontar las críticas y dejando a los ciudadanos en la incertidumbre. Mañana, lunes, tendremos el muy previsible desenlace de esta farsa sanchista.

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