José María Nieto Vigil

Sin Perdón

José María Nieto Vigil


Edadismo

24/05/2024

Dentro del discurso social habitual en los últimos tiempos se ha introducido un nuevo concepto, sin duda necesario, para la construcción de una definición necesaria más allá de los vacíos eufemismos a los que nos tienen acostumbrados tanto los políticos -sobre todo-, como los medios de comunicación, por ser los principales divulgadores de las nuevas formas de expresión de lo políticamente correcto y conveniente socialmente. Me refiero al edadismo. Es un término de nueva acuñación, de hecho fue definido por la RAE en 2022, y objeto de estudio de diferentes ciencias sociales como la Antropología o la Sociología, entre otras.  Más concretamente por la Antropología cultural, social o etnología y por la Lingüística antropológica, sin que le sea ajeno a disciplinas que pueden tratar el tema de manera transversal. El edadismo es una forma de discriminación social que se puede sufrir por razón de la edad tanto individual como colectivamente. Es decir, una manifestación de un comportamiento marcado por los prejuicios, voluntarios o no, conscientes o no, no ya hacia las personas consideradas ancianas, sino hacia personas tachadas de mayores. Y el fenómeno se está extendiendo conforme la esperanza de vida del ser humano se prolonga. Así podemos afirmar que el edadismo es un fenómeno social claramente emergente. Las razones que explican su eclosión son de variada naturaleza, pero todas ellas con el denominador común de la falta de empatía o vaciedad moral imperante. Económicamente viene asociado a la presunta falta de productividad, objetivo primordial de la empresa. Culturalmente al miedo sempiterno a la muerte, por ser por razones naturales la edad próxima a la extinción de la vida, y este tema siempre es incómodo para el hombre, mayor aún en tiempos de vacío existencial. Finalmente, socialmente, en un mundo donde la apariencia predomina, en el que los ideales de juventud y belleza son la máxima expresión del hedonismo social triunfante, la edad tiene un pésimo cartel anunciador. Lo viejo es feo, inútil, lo nuevo y joven es bello y útil. Así pues, el edadismo es un comportamiento que puede ser constitutivo de delito. Ojo al dato.