Dionisio Lamas Muñoz

Tribunal Libre

Dionisio Lamas Muñoz


La persecución

28/03/2025

Viene desde los tiempos más oscuros de la humanidad, desde la era de las cavernas, donde la comida era objeto de arrebato por parte del hambriento, pero siempre, desde la dominación del ser humano sobre el ser humano, llegando a ser seña postrera de la incivilización, la cual, recorre los siglos, como el viento del mal, dejando en pos de si, la devastación física y material de los pueblos y de las gentes. Es una regresión a las tinieblas de la irracionalidad.
Desde los celos, el poder, o el resentimiento se gestan las persecuciones que llevan la impronta montaraz de las falsas doctrinas o de las ideologías que subvierten la realidad y la paz del mundo. Los Cesares de Roma promulgaron persecuciones contra los cristianos por considerarlos enemigos del Imperio.
La finalidad de las persecuciones, es, perturbar el orden establecido por la costumbre y el derecho consuetudinario; someter a los pueblos perseguidos, e imponer normas de convivencia extrañas o desconocidas desde el imperium de la fuerza, sin embargo, los pueblos perseguidos, han ofrecido una resistencia conspicua y heroica al opresor, como Hispania ante el Imperio Romano.
Especialmente la historia del siglo XX muestra una persecución atroz por causa de las doctrinas exaltadas: Nazismo, Fascismo, Comunismo, Marxismo, dejando todas ellas millones de muertos, siendo la más sangrienta de todas la marxista-comunista.
La persecución puede tipificarse en tres categorías: La primaria, la que nace de las invasiones, violando el respeto internacional y las normas de buena vecindad entre naciones; la secundaria, la que ejercen las ideologías de gobierno sobre los oponentes; la terciaria es la persecución que se da entre gentes, es decir, la envidia de la posesión de uno y no de otro. La persecución deflacta la armonía de los pueblos, y debilita su prosperidad, avezando su futuro al cautiverio y a la pérdida de su identidad e historia.
Las ideas persecutorias se traman desde los más sombríos pensamientos psicopáticos e hiperbóreos de dictadores cuya frialdad no tiene límites, ni moral ni conciencia social. Sus proyectos son dominar el planeta sin considerar la opinión de la razón, y de los otros Estados con los que tiene alguna consideración.

ARCHIVADO EN: Siglo XX, Roma, Comunismo, Nazismo