La caída del régimen de Bashar al-Ássad coloca a Siria en una situación que pocos imaginaban porque supone una ruptura tan inesperada como sorprendente. A simple vista no parecía que fueran a producirse cambios sustanciales en el equilibrio de fuerzas en Oriente Próximo y menos todavía que el mandatario huyera a Moscú, pero ahí están los hechos. Cómo se organice el gobierno, quiénes participarán y qué medidas adoptarán son tres incógnitas sobre las que cualquier cábala que se haga ahora mismo está abocada al fracaso. Y hay más incógnitas. Algo así es lo que opinan muchos analistas tras contemplar el ocaso de una dictadura cuyos orígenes se remontan a Háfez al-Ássad, padre del vástago, militar, piloto de combate de la fuerza aérea siria y creador de una dinastía efímera.
¿Incógnitas? Hay unas cuantas pero quizá sea aconsejable olvidarse de tertulias y recurrir a viejas esencias. A algunos libros. Sin ir más lejos, un respetado historiador español, Josep Fontana, ofrece un retrato de los avatares sirios en las últimas décadas y advierte sobre la complejidad del mosaico que es ese país. Su análisis aparece –absténganse de buscarlo en el móvil o en la Wikipedia- en Por el bien del Imperio. Una historia del mundo desde 1945 (Pasado y Presente. 2011). Al aludir a la Primavera Árabe indicó que la situación en Siria «no puede ser más compleja, ante el temor que suscita la naturaleza del gobierno que pueda reemplazarle (…). Gran parte de la población urbana –añade- teme que la caída de al-Ássad cree una situación semejante a la de Líbano o Irak, ante la posibilidad de que la férrea seguridad del régimen actual dé paso a luchas confesionales como las que desangran a los dos países vecinos». Su premonición cumple ahora 13 años.
A la espera de los cambios geopolíticos que se produzcan solo queda fijarse en las repercusiones en el plano hispano porque aunque no lo parezca también las habrá. Y son importantes. Afectan, eso sí, de forma exclusiva a la prensa y en concreto a la del corazón. Más que nada porque hay que buscar una pareja que asuma el protagonismo de la que ahora se halla en Moscú. Solo nos queda por saber a quién le adjudicarán el papel de nueva Rosa del Desierto o de nueva Lady Di de Oriente.