Editorial

Los pueblos del alfoz se benefician de la capital

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De mantenerse la tendencia actual, Palencia debería 'vender' mejor sus ventajas urbanas

Quieren disfrutar de la tranquilidad del medio natural, del paisaje y los hábitos de los pueblos, sin renunciar por ello a todos los servicios que ofrece la capital palentina. Por eso, los grandes beneficiarios de la pérdida de población que sufre la ciudad desde hace años son las localidades del alfoz. También les beneficia la nueva corriente, surgida al hilo de la pandemia, que predica las bondades del medio rural por encima de las del medio urbano. Así, vivir y trabajar a pocos kilómetros -en muchos casos, teletrabajar sin moverse de casa- se convierte en ventajoso, tanto para el pueblo que ve incrementarse su censo y, con ello, los fondos que recibe por el número de habitantes y las dotaciones e infraestructuras, que no solo se mantienen, sino que además pueden ampliarse y ser susceptibles de mejoras, y para quienes optan por esa opción, la mayoría parejas jóvenes. 

 Uno de los casos más llamativos de ese crecimiento del alfoz lo representa la localidad de Grijota. También han crecido en este año y medio de pandemia del coronavirus Villamuriel, Magaz y Venta de Baños, pero no en la misma proporción. Así, Grijota ha experimentado una subida histórica al sumar nada menos que 198 vecinos, más de un 8 por ciento, que ha desbordado todas las previsiones y las mejores expectativas. Y es que el crecimiento medio está en unas veinte o treinta personas al año, de manera que acercarse a los doscientos es un verdadero hito. Estamos hablando de una localidad que tiene unas cuantas urbanizaciones, que responden a la perfección a esa tendencia de casas unifamiliares, independientes, con menos ruidos y desde luego mucho menos tráfico que en la capital, con todos los servicios necesarios y lo que para muchos es aún más importante, con un patio o un jardín. Espacios abiertos, verdes, aptos para la expansión, que se echaron de menos durante el confinamiento en un buen número de viviendas capitalinas. Sin olvidar que el pueblo, como tal, cuenta con todo lo necesario y que la ciudad está situada a escasos kilómetros. Eso sí, lo que piden las autoridades locales es que todos aquellos que han optado -casi masivamente- por adquirir una de esas casas unifamiliares en urbanizaciones, donde hacía años que no se vendía nada, y aquellos otros que lo han hecho en el casco urbano, se empadronen. Por las ventajas económicas y fiscales que puede suponerles a los vecinos y por las que pueden repercutir en las arcas municipales de la localidad.

Así las cosas y, de mantenerse esta tendencia más allá de la pandemia, Palencia debería replantearse qué hacer para evitar o reducir la sangría poblacional. En año y medio ha perdido 1.284 habitantes y sería aconsejable que procurase vender mejor sus posibilidades y las ventajas de vvir en una ciudad tranquila, segura, accesible, bien comunicada, verde, eficiente, con dotaciones de calidad y patrimonio monumental.