Marisol González Encinas, titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 6, especializado en violencia de género, apuntó en declaraciones a Diario Palentino que Palencia «necesita más que nunca un nuevo Juzgado, que podría estar dedicado a asuntos de familia porque actualmente estamos desbordados». «Palencia es de las provincias que no dispone de un Juzgado exclusivo en esta materia y lo necesita», señala la magistrada.
González Encinas, que además es víctima de violencia de género, mantiene que su despacho «está hasta arriba de asuntos. Es un juzgado mixto, que lleva asuntos de penal y civil y, además está especializado en violencia de género, por lo que teniendo en cuenta esta lacra que sufrimos tenemos que estar de guardia prácticamente todos los días». Corroboró está afirmación indicando que desde enero y hasta el 30 de octubre solo en materia penal ha tramitado unas 1.000 diligencias previas de las que entre 250 o 300 corresponden a asuntos de violencia de género. «Trabajo una media de unas 14 horas al día, con seis fiscales informando desde diciembre en violencia de género, teniendo en cuenta el sistema de la oficina judicial. En materia civil es el doble de diligencias y al volumen de entrada hay que añadir ejecución y las discapacidades que en Palencia son muchas por tener dos psiquiátricos a los que trasladan un buen número de personas de otras comunidades autónomas. Es tal el estrés que me crea que el pasado año tuve que pedir una baja laboral que duró casi seis meses», apunta Marisol González Encinas.
A LA ORDEN DEL DÍA. En cuanto al Juzgado nuevo para Palencia, el Consejo General del Poder Judicial dio su visto bueno, «pero su conformación depende del Ministerio y, en este sentido, todavía no se ha pronunciado», reitera la magistrada. Por otro lado, Marisol González Encinas asume que la violencia machista, por desgracia, está a la orden del día, «pero también hay que decir que no todas las denuncias que se presentan se pueden considerar que entran dentro del ámbito estricto de esta tipificación. Hay situaciones que se dan dentro de un proceso de separación o divorcio que acaba con una denuncia, pero en ocasiones no se puede circunscribir como violencia de género. A los efectos de la Ley Orgánica 1/2004, es víctima de violencia de género la mujer que es objeto de cualquier acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad, ejercido sobre ella por parte de quien sea. Sin embargo, hay un porcentaje de estas denuncias que se interponen que no entran dentro de estos parámetros».
La magistrada del Juzgado número 6, por lo demás y ya en calidad de víctima de violencia machista, se manifiesta partidaria de modificar el Código Penal, sin entrar en valorar la polémica Ley del sí es sí. Cambiaría las tipificaciones de los hechos «porque, en ocasiones, no se corresponden con la realidad. Las órdenes de protección no les da la importancia que deben tener o ni siquiera se las atiende como debería ser».
LA MUERTE. «Además, hay que perfeccionar los sistemas telemáticos de control del agresor porque se pueden convertir en un instrumento o medio para ejercer precisamente maltrato psicológico a una víctima y sus hijos. El maltratador puede hacer saltar el dispositivo cuando le venga en gana solo por perjudicar a la víctima», añade. Para González Encinas, la muerte de una mujer por su pareja o expareja «es el final de todo un proceso que la víctima ha tenido que sufrir en el tiempo. Y cuando decide plantarse, es el momento concreto en el que se desencadena la tragedia. Sigue habiendo muchas que no denuncian y no se las puede ayudar».