Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Situación imposible en la política catalana

15/06/2024

En ERC no manda Junqueras sino Rovira, instalada en Suiza para sortear la justicia española. Justicia que ha inhabilitado a Junqueras, que sin embargo aspira a regresar algún día por la puerta grande. Aragonés ya ha anunciado que dejará la política en cuanto se elija un nuevo presidente de la Generalitat, pero mientras tanto en ERC se toman -toma Rovira- decisiones incomprensibles, como apoyar a Collboni en el ayuntamiento de Barcelona pero sin anunciar si formarán parte del equipo de gobierno o no.

ERC es el partido al que corteja Salvador Illa para convertirse en presidente de la Generalitat, pero después de promover a un dirigente de Junts para ocupar la presidencia del parlamento, ya no sabe Illa a qué atenerse, dónde están los suyos y dónde los de enfrente, y si podrá presidir el gobierno autonómico. Un asunto que no solo tiene temblando al socialista catalán, sino también a Pedro Sánchez, que necesita como sea un éxito tras los sucesivos fracasos que lleva acumulados este año. Y que han agravado las europeas porque en dos regiones gobernadas por el PSOE, Asturias y Castilla La Mancha, el PP ha superado a los socialistas, y en Navarra ha habido prácticamente un empate. Sánchez, acorralado por los casos de presunta corrupción de su núcleo familiar, acosado por jueces y fiscales decididos a no aceptar las órdenes emanadas de Moncloa que consideran contrarias al Estado de Derecho, y con movimientos inquietantes en las filas sanchistas, no puede permitirse el lujo de ver que Illa no ocupa el sillón presidencial del Palau de la Generalitat.

Los catalanes empiezan a asumir dos escenarios posibles: uno, que este enredo político no tiene más salida que una segunda vuelta electoral, que se celebraría en octubre; aunque también creen que, de producirse ese escenario, Illa volvería a ganar y probablemente con mejor resultado que días pasados. Dos, que Puigdemont acabará pisando el suelo de una prisión si se empeña en cruzar la frontera. Cuentan los que mantienen contacto con el expresidente que él mismo acepta ya esa situación, pero que la valora ya positivamente, porque sabe que la estancia en prisión sería muy breve una vez comparezca ante el juez Llarena, y podría utilizarla a conveniencia con una carga emocional victimista.

Pedro Sánchez está hoy más pendiente de los llamados "asuntos propios", que son graves, que de los políticos, aunque su guardia pretoriana, encabezada por Félix Bolaños, está dedicado las 24 horas del día a lidiar con los asuntos judiciales. Pero el presidente de gobierno no quita ojo a Cataluña. Tiene razones para sentirse muy inquieto.

No solo Illa anda preocupado por las operaciones de los independentistas, más el papel de En Comú que se mueve en varias bandas, sino que no se fía de que ERC y Junts cumplan con la palabra dada.

Todo está en el aire. De hecho, ni siquiera se sabe a quién propondrá el presidente del parlamento a la presidencia de la Generalitat.