El palentino Javier Burón le pone música y letra a la relación de «amor-odio» que tienen con España aquellos que se han visto «obligados» a abandonar el país «por falta de oportunidades». Lo llama El síndrome del emigrado y es el primer tema de Whisky por favor, un dúo con el que el cantante y compositor castellanoleonés ha podido amortiguar su «desesperación» laboral, ganar «algo de dinero» y denunciar, con la voz rota y la guitarra viva, el «desperdicio» de la generación «más preparada de la historia» .
«Y le cuento a toda la gente/ que eso es el paraíso/ aunque las noticias de ultramar digan que es un suplicio/ Y a pesar del saqueo general/ y a pesar de todos tus males/ yo no puedo evitarte amar/ aunque a veces lo pague...» Es parte de la letra de un sencillo, que acaba de estrenar vídeo y tiene mucho de «autobiografía», que, intuye, refleja los «sentimientos» de cada uno de los 175.839 jóvenes de la Comunidad que, a cierre de 2019 según recoge el Instituto Nacional de Estadística, vivían fuera del país.
Burón, periodista de profesión y formación, pero músico de vocación (llegó a colaborar en prácticas con Diario Palentino), reconoce que la canción le salió «rápido». «La compuse prácticamente en un tarde», recuerda. No le resultó muy difícil expresar lo que había sido su vida en los últimos cinco años. «Tuve que dejar Palencia porque no había trabajo, era imposible». Se abrieron dos opciones en ese momento. «Como todos, o me iba a Madrid o Barcelona, o probaba fuera». Finalmente, se decantó por lo segundo.
Primero como voluntario, trabajando «de lo que fuera», recorrió durante tres meses países de centroamérica como Costa Rica, Panamá, El Salvador o Guatemala. Después, confiesa que «por amor», acabó en Aberdeen (Escocia) donde lleva ya cuatro años. «Empecé en la hostelería y luego descubrí una asociación de músicos donde conocí al otro integrante del grupo, Innes Cardno. Me comentó que por aquí se llevaba lo español y nos salieron conciertos en varios pubs. Preparamos un repertorio y entre eso, que daba clases de español y de guitarra, iba tirando», continúa.
El concepto de grupo estaba tan asimilado para los dos que decidieron dar un «paso más», poner «nombre a esa unión» y optaron por uno que «representara» a los dos países. «Salió Whisky por favor, nos gustó y así lo dejamos», explica.
Poco después Cardno tuvo que irse a vivir a Londres y, para que el grupo no «muriera», decidieron realizar el trabajo que acaban de lanzar de la mano de Fraser Edwards y Nassif Younes, productores del vídeo y de la canción respectivamente.
Los ritmos de El síndorme del emigrado beben de Los Delicuentes y La Cabra Mecánica. Burón reconoce que parte de su adolescencia la vivió bajo la influencia de esos dos grupos, aunque también le gusta Estopa y, sobre todo, Extremoduro. También se ha decantado por la «guitarra española», si bien recuerda que tocó desde pasadobles a heavy metal durante seis años en verbenas del pueblo, un pasado que está presente en el actual single de Whisky por favor.
«Es lamentable que la generación que, se supone, está mejor preparada en la historia de España nos hayamos tenido que ir por falta de oportunidades», reflexiona el compositor, cantante y periodista palentino. «Aquí están encantados con nosotros», mantiene para reconocer que es difícil explicar esa relación «de amor-odio». «¿Cómo no te vas a acordar de España? Se vive muy bien, la gente, la comida, el carácter... por eso duele tanto irse», ahonda.
«La vergüenza y el orgullo/ no se pueden distinguir/ Y cada día de lluvia/ te lloro más y te recuerdo peor», sigue la canción. Días de lluvia habituales en Aberdeen que sobrelleva junto a su pareja y su afán por buscarse la vida. «Ahora llevo la comunicación institucional de una empresa española que está desarrollando un proyecto aquí», explica. El periodismo se vuelve a cruzar en su camino, aunque él sigue deseando un futuro lleno de «acordes».