José María Nieto Vigil

Sin Perdón

José María Nieto Vigil


Dinero

26/04/2024

Gana la banca. Y no precisamente porque estemos jugando en una mesa de un casino. Lo es por la situación en la que nos encontramos millones de ciudadanos, en especial aquellos que moran en el medio rural. Máximos beneficios, mínimos riesgos, menos servicios financieros, más imposición fiscal y menos dinero físico en circulación. Estamos viviendo en una época en la que el capitalismo, de forma encubierta, impone de manera impenitente sus reglas de mercado y optimización de sus recursos. El dinero físico está condenado a desaparecer por razones bancarias incontestables. Las tarjetas de crédito, débito y de cualquier otra naturaleza se implantan como forma de pago sin que, de manera evidente, el común de los mortales pueda oponerse de forma decidida. Desde aquí hago un llamamiento a que sigamos el tradicional modo de efectuar los pagos a la ya antigua usanza, es decir, con dinero de papel o moneda de uso corriente. Pretendo alertar de los oscuros intereses que comparten los grandes grupos financieros en connivencia y apoyo por parte de los gobiernos nacionales, más interesados en el beneficio fiscal que en atender las necesidades de sus contribuyentes, demasiado afectados por las sangrías impositivas, las comisiones y la falta de atención de las entidades de las que son clientes o deudores. Los bancos cierran sus sucursales, sus oficinas y cajeros de manera que se nos está obligando a transitar por un camino en el que no somos conscientes, al menos lo suficiente, para darnos cuenta de una manipulación impropia de un estado social, democrático y de derecho. Las reglas del juego están dictadas y, poco o muy poco , podemos hacer más que rebelarnos de manera clara y rotunda. Estamos en manos de banqueros, prestamistas y usureros que cosechan grandes botines con sus operaciones diseñadas acordes con el sistema implantado. ¿Y qué me dicen de la situación de nuestros pequeños pueblos, antaño dotados de un servicio del que hoy ya no disfrutan? Centenares, miles, millones de conciudadanos afrontan el día a día con la incertidumbre de saber dónde está su dinero, sus ahorros e inversiones.  Como decía aquel refrán «Poderoso caballero es Don dinero».