Jose Luis Ibarlucea

Jose Luis Ibarlucea


Pacifismo

04/04/2025

Decía Ortega en La rebelión de las masas, en el prólogo para franceses, que la obra de caridad más propia de nuestro tiempo era no publicar libros superfluos. Supongo que también artículos. Procuraré tomar nota.
Está iniciándose una infección que probablemente en los próximos meses vaya a más. A medida que los países europeos se armen aparecerán los movimientos pacifistas, viejos conocidos, siempre al servicio de Moscú. En 1980 la Unión Soviética (KGB) utilizó los movimientos pacifistas existentes para orquestar una respuesta favorable a sus posiciones: su pretensión era obstaculizar todo lo posible, desde dentro de las sociedades occidentales, el despliegue de misiles de crucero de la OTAN para su defensa en caso de invasión. El KGB, a través de CND (Campaña por el Desarme Nuclear), utilizó El Instituto Transnacional de Amsterdam, el Consejo Mundial de las Iglesias de Praga, el campamento de mujeres del amor pacifista de Greeham Common… 
El argumento de estas asociaciones era que aquellos que se arman son los que acaban creando la guerra, aquellos que quieren disuadir un ataque del enemigo, lo que en realidad hacen, es invitarle a realizarlo. Esta «paz ofensiva» es en realidad una transferencia de culpa del amenazante al amenazado. Estos movimientos de izquierda que comienzan a aparecer regados por dinero, promesas o estupidez; deberían saber que en la sociedad rusa actual, cualquier movimiento de este tipo, sus miembros, terminan en la cárcel o en fiambre.
Este pacifismo de menesterosos del caos, del desorden y la revolución, por mucha que sea su manipulación, no harán que renunciamos a un «nosotros» de paz y convivencia, expresado en nuestras costumbres y nuestras instituciones, y creado a fuego lento a través de siglos de historia y consensos que no siempre han sido fáciles. Nuestra paz ha sido posible mediante la renuncia a un yo imperativo y ateniéndonos al orden sintáctico (del diálogo), porque fuera de este orden sólo hay locura. Es difícil curarse de un día para otro de las ideas totalitarias vestidas de pacifismo, pero esta vez la infección la vemos venir.            

ARCHIVADO EN: Libros, Moscú, OTAN