Domingo de Pascua en Palencia: Encuentro junto al altar

César Ceinos
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La lluvia no perdonó y la última procesión del ciclo palentino, la del Rompimiento del Velo, tuvo que celebrarse en el interior de la iglesia de San Pablo, sede canónica de la Vera Cruz, la cofradía organizadora del desfile

Domingo de Pascua en Palencia: Encuentro junto al altar - Foto: Sara Muniosguren

El Domingo de Resurrección es un día de alegría para los católicos porque conmemoran la victoria de Jesucristo sobre la muerte, pero la lluvia, una vez más, provocó que esa felicidad pasara a un segundo plano en Palencia. Los cofrades tuvieron que tirar del plan alternativo cuando vieron que las precipitaciones iban a hacer acto de presencia.

La cofradía de laVera Cruz, como organizadora del último desfile religioso de la Semana Santa, el del Rompimiento del Velo, publicó un comunicado en sus redes sociales anunciando la suspensión a las nueve de la mañana, treinta minutos antes de la hora que estaba previsto que la talla de la Santísima Virgen del Rompimiento (anónimo, 1929) partiera hacia la plaza Mayor al encuentro con su hijo resucitado. Era la confirmación de una noticia que todo el mundo intuía después de mirar el cielo a primera hora. «Otro día que teníamos todo preparado para salir y la lluvia lo arruinó. Por ello, tuvimos que preparar un acto pequeño en la iglesia de San Pablo.Es la tercera vez que no podemos salir en procesión y no se puede luchar contra esto de ninguna forma. Habrá que empezar a preparar la próxima Semana Santa», explicó el hermano mayor de la entidad, Antonio Triana, minutos antes del inicio de la celebración, que duró unos quince minutos al tener que encajar entre dos misas.

En el interior del templo, tras el correspondiente toque de tararú que indica el inicio de las procesiones, la imagen de María fue portada en andas al ritmo de la marcha interpretada por la agrupación musical de laVera Cruz. En el altar se produjo el encuentro entre la Virgen y Jesucristo resucitado (representado en el Santísimo Sacramento) y, a continuación, se retiró el velo negro que cubría la talla mariana y el coro cantó el Aleluya.

FINAL CON AGUA. Con el encuentro de San Pablo se puso final a una Semana Santa pasada por agua con muchas procesiones afectadas por la lluvia. El último desfile que salió como estaba previsto fue el de la Quinta Angustia, que se celebró en la madrugada del Miércoles al Jueves Santo. Antes ya se habían cancelado y modificado actos procesionales, pero desde ese momento no se pudo celebrar ninguno adecuadamente. La única excepción fue la función del Descendimiento del Viernes Santo.Inicialmente, parecía que el Santo Entierro iba a salir bien, pero un chaparrón lo estropeó.