Casi una década en defensa de la Estrella Michelín

Pablo Torres
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El palentino Darío Ruiz, de Autillo de Campos, es segundo jefe de cocina en el restaurante Rincón de Diego, en Cambrils

El cocinero Darío Ruiz, del restaurante Rincón de Diego, en Cambrils (Tarragona) . - Foto: DP

A pesar de contar con menos de 130 habitantes, Autillo de Campos puede presumir de tener entre sus vecinos a un cocinero que, desde hace casi una década, se encuentra detrás de los fogones de un restaurante con una Estrella Michelín. 

Darío Ruiz entró el 15 de julio de 2015 al Rincón de Diego, un restaurante familiar ubicado en Cambrils, en Tarragona, donde trabaja como segundo jefe de cocina. El establecimiento posee desde 2005 la máxima distinción del mundo culinario.

Su formación como cocinero empezó en Palencia, en el IES Virgen de la Calle. Tras finalizar sus estudios, se desplazó hasta San Sebastián, donde adquirió sus buenas maneras para la cocina en la extinta escuela de Luis Irízar -fallecido en 2021-. «Durante ese curso estuve estudiando y trabajando en restaurantes de renombre, y eso te prepara», apunta el cocinero. 

Tras pasar por varios establecimientos de Guipúzcoa, se trasladó a Cambrils para trabajar en la cocina en la que lleva casi diez años. «Entrar en un restaurante con Estrella Michelín siempre te crea respeto. Como en todos los trabajos, al principio es aportar o aprender», detalla. 

Y es que defender este reconocimiento implica «innovar y reinventarse cada año». «Tienes esa presión de no poder estar quieto», asegura. En palabras del Ruiz, «en cocina ya está todo inventado, pero tú puedes combinarlo de la manera que puedas». Bajo esa filosofía, el autillano ha tratado de llevar el producto de la tierra a Cambrils, si bien también ha realizado varios viajes al extranjero para encontrar nuevos sabores. «En Castilla y León tenemos alimentos muy buenos, pero no se conocen tanto», lamenta.

Cabe señalar que el Rincón de Diego ha renovado su estrella esta semana, por lo que seguirá luciendo esta distinción, al menos, un año más. 

Volver a Autillo siempre es una buena noticia para este joven cocinero, quien reconoce que «muchos vecinos piden que les cocine algo cuando vuelvo de vacaciones». «Siempre terminamos juntándonos los amigos para preparar alguna comida», relata. 

A pesar de que la suya es una profesión «sacrificada», Ruiz apela a la constancia para aquellos que estén empezando. «No vas a hacer muchas cosas que sí hacen tus amigos, pero, si realmente esta es tu pasión, todo merecerá la pena», concluye el cocinero.