Poco tiempo ha, denunciábamos la falta de chivatos policiales, indicadores sociales de transformaciones que afectan a la vivienda, alarmas en tiempos de riadas y así ha quedado demostrado con las inundaciones de la comunidad valenciana y un buen número de provincias afectadas por la Dana. Desde Harari por la derecha, a Hanna Arendt, coinciden en que nuestro tiempo padecerá catástrofes, será de destrucción. Y aunque aún no se aprecie posibilidad de autodestrucción, serán épocas de incertidumbre.
España es un territorio de provincias políticas desde 1833, por Javier de Burgos, basado en los límites de los reinos hispánicos, sumándoles ideales igualitarios y centralizadores del régimen surgido de la revolución francesa, que está de espaldas a una auténtica división territorial basada en el estado físico del país. La cuenca fluvial debe dejar de ser afecta por cada provincia y ha de poseer una característica de territorialidad. Paiporta arriba o abajo, es un territorio regado por un río y barrancos naturales que en crecidas convierten el terruño en inundable. Los cultivos deben ser distintos para cada zona regada, y las masas arbóreas responderán a necesidades de preservación.
La normativa de ciudad que establecen los planes generales urbanísticos debe cambiarse, añadiéndose un plus de territorialidad, huyendo de formas urbanas y vivenciales que no estén de acuerdo con el territorio. Lo mismo ocurrirá con la elección de formas constructivas. La IA, debe ayudar.
Quizá cuando aparezcan estas líneas, ya estén afectadas por la gota fría Tarragona, Teruel, Castellón, Mallorca y Menorca, y desgraciadamente se comprobará el peligro de las torrenteras que dieron nombre a Torrent, de los cauces secos, de las construcciones tapón o de los desechos que obstruyen.
No pueden volver a decir que la presa "romana" de Almonacid de Zorita evitó arrasar lo que la Dana ha destruido. Porque sabemos que el aumento de temperatura del mar condicionará positivamente el incremento de torrentes.
Repensar el territorio aportará nuevas imágenes que los Planes Generales hasta ahora no contemplan, dándonos la esperanza vital que necesitamos.