Julio López

Julio López


La nada

14/06/2024

El lunes se cumple un añito desde que Miriam Andrés tomó posesión como alcaldesa de la capital gracias a ¡Vamos Palencia!, organización política que concurrió a las pasadas elecciones municipales como alternativa local al PSOE y al PP.  El primer párrafo del programa electoral de esta nueva formación era muy revelador de sus intenciones: «Palencia está en estado crítico. Por una parte, vivimos un abandono total por parte de la Junta de Castilla y León como en el Gobierno de España, es decir, por parte de los grandes partidos tradicionales. Por otra, en las últimas dos décadas hemos tenido gobiernos locales sin capacidad de innovación, pasivos, que no han luchado por nuestra tierra y que son esclavos de sus propios partidos y sus sedes en Valladolid y Madrid». Lo suscribo totalmente. Con ese anzuelo tan atractivo pescaron tres concejales, una captura que les hizo decisivos para la conformación del nuevo equipo de gobierno del ayuntamiento capitalino. Domi Curiel podía exigir lo que quisiera a Alfonso Polanco o a Miriam Andrés a cambio de hacerles alcaldes. Sí, lo que quisiera… estaba en una posición similar a la de Puigdemont con relación a Sánchez, pero lamentablemente no ha sabido/querido ejercer ese poder, y se ha conformado con la nada. Un año perdido. ¡Vamos Palencia! firmó un acuerdo de investidura con el PSOE que ha servido para hacer alcaldesa a Miriam Andrés y poco más. ¿La razón? No quiso formar parte del equipo de Gobierno. Craso error. Primero, porque ha dejado la tarea de gobernar a los diez concejales del PSOE. Mucho arroz para tan poco pollo como diría aquel, hasta el punto de que en vez de gobernar lo que está haciendo Miriam Andrés es, simplemente, gestionar, algo más sencillo de hacer pero que no mejorará la negativa deriva de la ciudad. Segundo, porque desde fuera Curiel no tiene capacidad para exigir el cumplimiento del acuerdo de investidura, le ningunean un día sí y otro también, y se limita a evidenciar su enfado con inocuos comunicados de prensa como si ¡Vamos Palencia! fuera un simple partido marginal y el PSOE tuviera mayoría absoluta. Como muestra, el «toreo» en el tema de la oficina de atracción de empresas, la propuesta estrella de ¡Vamos Palencia!, una «faena» de vuelta al ruedo, dos orejas, y rabo. Con perdón.