Una revista cultural en papel que se distribuye cada semana con un periódico nacional publicaba recientemente un artículo sobre el periodista y novelista mexicano Jorge Ibargüengoitia. Era fácil imaginar la razón por la cual aparecía este texto que ocupaba una página entera. Cuarenta años atrás, en 1983, viajaba en el avión de Avianca que se estrelló en Mejorada del Campo, en las afueras de Madrid, cuando iba a aterrizar en Barajas. Falleció en aquel accidente provocado, según se supo más tarde, por un error de la tripulación en la lectura de los datos sobre la altitud del Boeing 747 en plena maniobra de descenso. Otra chapuza más aunque esta fue de cierto calado: 181 muertos y 11 heridos.
El texto, con el recordatorio de aquella catástrofe como cebo lector, lo firmaba una escritora sudamericana y servía tanto para repasar de forma somera una mínima parte de la obra de este hombre como para anunciar la inminente edición en España de dos de sus novelas gracias a Antonio Machado Libros. La información, además de incluir la misma foto y en el mismo formato ya reproducido meses atrás en otra página similar de la misma revista -rubricada entonces por el ensayista mexicano Ricardo Cayuela-, incluía opiniones de autores conocidos acerca de Ibargüengoitia y citaba además a editoriales españolas que han publicado libros suyos como Cátedra, Reino de Redonda y RBA Libros.
Si partimos de las premisas, solo bastarían tres, de que su comienzo es prácticamente idéntico al del texto publicado en El País en diciembre de 2018 (salvo por el añadido de la maleta, todo un descubrimiento de la autora), de que la editorial palentina Menoscuarto, a la que no cita, también ha publicado obras de este hombre, recuerden Los conspiradores, y de que las alusiones a Juan Villoro y otros críticos han aparecido antes en las contraportadas de sus libros (y en el faldón de Revolución en el jardín) hay que reconocer que estamos ante una extraordinaria pieza del 'corta y pega periodístico', apasionante especialidad muy en boga. Jorge Ibargüengoitia hubiera dado a este texto el mismo destino que a aquellos informes que describió en una pieza impagable incluida en Instrucciones para vivir en México. Se titula Historia de un informe.