Curiosidades de la vida. Las elecciones extraordinarias que se celebran en Ecuador hoy fueron convocadas a través de la muerte cruzada, una figura a la que se encomendó el todavía presidente, Guillermo Lasso, para evitar su destitución y que consiste en la disolución de las Cortes y la llamada a las urnas de manera adelantada. Y estos comicios llegan marcados por otra muerte, la del que fuera candidato del Movimiento Construye Fernando Villavicencio, que fue asesinado apenas 10 días antes de la cita por un grupo de sicarios colombianos al salir de un mitin electoral en Quito.
La inseguridad y la escalada de la violencia -inédita en el país- es uno de los principales retos del próximo Ejecutivo que salga de las urnas y que tendrá hasta 2025 para tratar de frenar la criminalidad de unas bandas cada vez más sanguinarias y también de hacer frente a la actual crisis financiera que atraviesa la nación.
El crimen de Villavicencio no es algo puntual. En las últimas semanas, varios políticos han sido asesinados por grupos armados vinculados al narcotráfico o por sicarios. Antes que el fallecido candidato presidencial, en julio, Agustín Intriago, alcalde de la ciudad de Mata, fue acribillado a tiros, como también un aspirante a asambleísta en la región de Esmeralda. Y este mismo martes, el dirigente de Revolución Ciudadana de esa misma región, Pedro Briones, murió al ser tiroteado junto a su vivienda.
La violencia contra los políticos es cada vez más frecuente y son muchos los candidatos que han manifestado haber recibido amenazas de muerte por sus discursos contra la delincuencia y el crimen organizado.
La escalada es también vertiginosa en las prisiones, con frecuentes matanzas carcelarias entre bandas. De hecho, ahí comenzó esta fatídica situación hace un par de años y ha saltado a las calles con datos desoladores. Ecuador cerró 2022 con la mayor tasa de fallecimientos violentos de su historia, registrando 25,32 por cada 100.000 habitantes. Y la tendencia para este año puede incluso superar, según los expertos, los 40 homicidios por cada 100.000 personas. Un auténtico reto al que se debe enfrentar quien se ponga al frente del Gobierno.
Todos los sondeos vaticinan que habrá, como ya ha pasado en otros países de Latinoamérica, un giro a la izquierda. Y la correísta Luisa González es la máxima favorita al triunfo. Es más, su mentor, el expresidente Rafael Correa, llegó a denunciar esta semana que el asesinato de Villavicencio, un «complot» de la derecha y la Policía para evitar el triunfo de su candidata, puesto que este deceso favorece -y así lo demuestran las encuestas- a Jan Topic.
En cualquier caso, González, que pretendía imponerse en la primera vuelta con los apoyos suficientes para evitar una segunda -al menos un 40 por ciento-, no las tendrá todas consigo, puesto que los pronósticos más optimistas le confieren un 30 por ciento. Y enfrente, en la ronda definitiva -el 15 de octubre-, tendrá, previsiblemente, enfrente al exvicepresidente Otto Sonnenholzner, apoyado por los partidos de tendencia más moderada de centro. En esa última oportunidad, el liberal podría arrebatar el triunfo a la correísta, apoyado por la amplia mayoría de partidos de derecha que han surgido en los últimos años.
Todo apunta a que no será hasta octubre cuando se decida quién sucederá a Lasso y la incertidumbre política seguirá vigente varios meses más y la inseguridad, también.