Valdespina quiere recuperar su perfil

O. Herrero
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Un año después de la caída de la torre de la iglesia de San Esteban, los vecinos de esta pequeña localidad se unen para no olvidar el proyecto de levantar un campanario

Vista de Valdespina con la iglesia de San Esteban en primer término. En el lugar donde estuvo la torre se aprecia el cambio de color de las tejas. / Foto: Óscar Navarro - Montaje: Alberto E. Olano - Foto: Oscar Navarro

Imagen de la torre de Villamuera de la Cueza horas después de su derrumbe en 2006.
Imagen de la torre de Villamuera de la Cueza horas después de su derrumbe en 2006. - Foto: ICAL
 
Valdespina no quiere ser un pueblo sin skyline. Al menos sin el tradicional de estas tierras en el que sobre los tejados de las casas, habitualmente bajas, destaca la torre con el campanario de su templo. 
Sin embargo, Valdespina, localidad perteneciente al municipio de Amusco, es a día de hoy «un pueblo sin perfil», como asegura el representante municipal, Emilio Diez. Lo es desde hace un año, cuando el último domingo de agosto el tañido de la campana, como las trompetas del Apocalipsis, anunció la tragedia. La torre de la iglesia de San Esteban se vino abajo después de dejar ver durante años, décadas afirman algunos vecinos, unas grietas que presagiaban lo peor. Que las piedras colocadas una encima de otra en el siglo XIV siguiendo la verticalidad del estilo gótico acabarían igualmente una encima de otra, pero en un montón informe a unos metros del templo y con el caos como estilo.
En un año no han desterrado la idea de que su iglesia vuelva a tener torre, si bien, la diferencia entre lo que se podía ver el día 26 de agosto de 2012 y lo que se puede ver hoy es la cicatriz que ha dejado la herida en la iglesia. «Se ha acometido lo más inmediato, cerrar el hueco que dejó la torre», reconoce Diez.
Y es que si se fijan bien quienes bajan desde el páramo al valle en el que se asienta esta pequeña villa de 77 habitantes, pueden imaginarse dónde estuvo durante más de 700 años la torre, gracias al diferente color de las tejas. «El espacio de la torre se ha convertido ahora en una prolongación del tejado de la nave principal». Se ha perdido por tanto la silueta altanera de la iglesia, considerada por los vecinos como «carta de presentación del pueblo».
Pero la intención de los habitantes de Valdespina, entre los que no hubo desgracias personales durante el derrumbe gracias a que en verano el culto se traslada a una ermita cercana, es que no haya que imaginar sino  volver a ver una torre. «Sabemos que va a ser complicado tener una torre como la que tuvimos. Pero no nos resignamos a no tener una».
Por eso, recientemente se han unido en una asociación cuyo nombre deja ver a las claras su objetivo: La torre de Valdespina. Se ha creado este mismo verano, al calor de la presencia de veraneantes que tienen muy marcado el sentimiento de pertenencia a Valdespina. «Estamos dando los primeros pasos para hacernos oír y tener una torre en la iglesia. Queremos luchar contra la resignación de que no se levante nada, de que no haya un lugar donde colocar las campanas del pueblo».
Por el momento, su primera acción ha sido organizar una exposición en la sala de la Casa Consistorial en la que se hace un recorrido por la existencia de la construcción más alta, con diferencia, del pueblo. «Desde su esplendor a fotografías del día del derrumbe y la posterior demolición», resume. Y junto a las imágenes una proyección y la muestra más palpable del colapso de la estructura: un grupo de piedras recogidas tras el siniestro. Igualmente han organizado actos para recaudar fondos para el funcionamiento básico de la asociación con la venta de llaveros con la imagen de la deseparecida torre.
Sin embargo, son conocedores de dos escollos. La falta de recursos económicos por un lado, y que el templo no pertenece al pueblo, sino al Obispado, y que debe ser la Diócesis quien, en todo caso, dé el visto bueno a cualquier actuación en San Esteban. 
 
Sin cambios a corto-medio plazo.  Apenas unos días después del derrumbe, desde el Obispado se  ponía como fin la reconstrucción. Pero, al mismo tiempo, desde la Diócesis se reconocía que, debido a la situación económica, no podrá lograrse a corto plazo.
Y la situación no ha cambiado, como destaca Juan Antolín, responsable del Patrimonio de la Diócesis. «Lo principal era retomar el culto y la seguridad del templo y ya se ha hecho. Ahora, a la vuelta de las vacaciones, se limpiará la iglesia y se volverán a colocar las tallas que se retiraron del  retablo durante las labores de desescombro», apuntó. Pero, por ahora, de construir una torre nueva nada. Es más, no se están llevando a cabo grandes proyectos dentro de la provincia de Palencia en los templos debido a la desaparición del convenio de colaboración a tres bandas entre Obispado, Diputación y Junta. «Lo que se está haciendo es retejar en un buen número de iglesias. Son pequeñas obras, que antes nadie quería hacer, pero que ahorrarán mucho dinero en el futuro.  Proyectos para hacer cosas más grandes, perfecto,  pero  por ahora no hay dinero», explica Antolín.
Para allanar el camino, la Asociación Cultural La Torre de Valdespina mantiene contactos en diferentes ámbitos para lograr abaratar el proyectos o conseguir algo de financiación para cuando la situación mejore. «Una opción es la Universidad de Valladolid, para ver si a través de alguna línea de investigación se puede lograr algo». Igualmente, trabajan con un arquitecto «cuyos padres son de Valdespina y están muy involucrado», en la consecución de ideas para recuperar la torre. «Puede que se tarden años o que no lo consigamos nunca -reconoce Emilio Diez- . Pero, al menos, que no sea por nosotros que Valdespina no recupera su perfil».
 
Villamuera, otro ejemplo
La anterior iglesia que se quedó sin torre en la provincia de Palencia fue la de Villamuera de la Cueza, hace ya seis años. Desde entonces, como ocurre en el caso de Valdespina, lo que se ha hecho ha  sido asegurar la estructura del templo y poco más. 
«Hay un proyecto mayor, para volver a levantar la torre», asegura Juan Antolín, delegado de Patrimonio de la Diócesis. Pero matiza: «Está en Valladolid, en un cajón de la Consejería de Fomento. Ya dijo el consejero que proyectos como ese esperarían allí a que llegaran mejores momentos». Sin embargo, como en Valdespina, los vecinos se han unido para tratar de recuperar el campanario de su templo, el de Nuestra Señora de las Nieves.  «Nos agrada que haya colectivos que se unan para estos fines. Deben entender que sí, la iglesia pertenece a la Diócesis, pero también al pueblo y a sus vecinos», matiza Antolín. «Tienen todo nuestro apoyo, pero por ahora no  podemos aportar dinero a esos proyectos».
En el caso de Villamuera, se han unido el Ayuntamiento, la Junta Agropecuaria y los vecinos para intentar que la iglesia no siga deteriorándose.«Nos hemos unido para poder actuar en el tejado, que está muy mal. Hay aún cascotes de cuando se desplomó la torre», afirma el primer edil de la localidad, José Durántez.