No ha habido, afortunadamente, daños personales pero sí se ha dañado el espíritu y el alma de los 77 vecinos de Valdespina. Una pequeña localidad, perteneciente al municipio de Amusco, en la que el domingo se despertaron con dos únicos tañidos de campana a deshora. Los que se produjeron al derrumbarse dos de los cuatro paños de la torre de la iglesia de San Esteban.
Sobre las 9,45 horas se estima que se produjo el colapso de la estructura, aunque como reconoce Emilio Diez, representante municipal en Valdespina, «sobre las 8 ya se oyó una leve campanada. Posiblemente fuera que la torre había comenzado a ceder. Pero ¿cómo lo íbamos a pensar?». La que se ha caído ha sido la parte que se ve desde la ladera del valle y no desde buena parte del pueblo. Se trata de un campanario gótico del siglo XIV, construido sobre una iglesia gótica de una sola nave, que tiene restos románicos y que presentaba un mal estado de conservación, según Diez.
Con el ánimo por los suelos. Los habitantes y el sacerdote -que deja ahora esta Unidad Parroquial- «están abatidos y con el ánimo por los suelos después de lo ocurrido en su templo», explica Diez. «La silueta de la iglesia con su torre es la carta de presentación del pueblo y el domingo, mientras veíamos lo ocurrido casi sin creérnoslo, se nos saltaban las lágrimas a todos».
Sobre las causas del derrumbe, aún poco se sabe. «Si hubiera habido una tormenta, o algo... pero es que no ha habido nada». Sí resalta Diez que el estado de conservación no era el óptimo. «Había grietas, sí. De esas que dicen los más mayores que llevan toda la vida. No nos podíamos pensar que fuera de un día para otro».
El caso es que la torre se derrumbó y no cayó sobre el techo del templo, donde se conservan algunas obras de arte. «Se ha visto afectado un corral y el tejado del baño de una vivienda cercana a la torre». Inmediatamente se acordonó la zona para evitar daños mayores puesto que el resto de la torre ha quedado también afectado por el derrumbe.
Cabe resaltar que durante el verano, los servicios dominicales, que se celebran a las 11 horas, se trasladan a la ermita de Nuestra Señora del Olmo, por lo que no estaba previsto que hubiera misa apenas 75 minutos después del siniestro.
A causa del derrumbe las piedras tazaron el cableado eléctrico y telefónico, por lo que se ha dado parte a las empresas competentes para devolver la energía a 11 viviendas y el teléfono a media docena, además de recuperar el alumbrado público en una calle.
Obispado. A las pocas horas del desplome, el obispo de la Diócesis, Esteban Escudero, se personó en el templo afectado para conocer el estado de la iglesia de San Esteban. También han acudido a la localidad los delegados de Patrimonio y Obras de la Diócesis y en la tarde de ayer peritos del Obispado evaluaron la construcción con vistas a decidir qué hacer con lo que queda de la torre. «Conservarla o tirarla entera ante el peligro que supone», barajaba ayer Emilio Diez. Tras la visita, los técnicos no supieron determinar el futuro de la torre y consultaran con empresas especializadas.
En cualquier caso, Diez asegura que los vecinos no van a cejar en su empeño de recuperar su torre. «Es posible que no volvamos a verla tal y como era y sabemos que ahora lo principal es evitar peligros, pero no nos conformamos con eso. Presionaremos donde haga falta para conseguir volver a tener la torre». Es más, ya se habla incluso de aportaciones personales para conseguir recuperar el campanario.