La historia es caprichosa y curiosa y si nos adentramos en ella encontramos que, antes de la división del territorio por Javier de Burgos en 1833, Herrera de Pisuerga y Astudillo pertenecían a Burgos y, Palenzuela, con su partido, donde se encontraba Quintana, pertenecían a la provincia de Valladolid. A partir de esa reforma pertenecerá al partido judicial de Baltanás, poseyendo 236 habitantes, 42 casas, 36 cuevas y un molino. Además de la historia de los diferentes pueblos por los que pasamos, te sorprenden las historias personales de quienes crecieron allí.
En todos los viajes que hemos realizado en los últimos meses por el Cerrato, siempre estaba La Vasca de Quintana en nuestro pensamiento. Allí hacíamos la parada a mediodía para terminar el recorrido por la tarde.
En un punto estratégico de la Autovía A-62, Burgos-Portugal km 55, en Quintana del Puente, a 55 kilómetros de Burgos, 33 de Palencia y 65 de Valladolid, se encuentra el hostal La Vasca, construido en el año 1960 y modificado en varias ocasiones, que ha ido pasando de padres a hijos.
Una especialidad de la casa es el lechazo churro asado en horno de leña y las carnes a la brasa.
Ya recalamos aquí en diciembre, y nos gustó a todos, pero en el último recorrido por el Cerrato la parada fue más larga, dado que los jueves el plato estrella es el cocido, nos lo comentaron y no nos lo pensamos. Antonio del Burgo, que ha sido homenajeado recientemente por la Asociación de Empresarios de Hostelería, adquirió el local en 1974, cuando era viajante de comercio y después de treinta años le ha pasado el relevo a su hijo.
En las faldas del Monte Ramírez se localizan las bodegas de Quintana del Puente y como no podía ser de otra manera allí fuimos en compañía de Antonio, que nos mostró la suya.
Aquí también tuvo su momento la actividad vitivinícola con testimonio del cultivo de vides que se remontan a 1443. A principios del siglo XX la extensión del viñedo en Quintana ocupaba 4.500 metros.