Es un concepto muy manoseado por los políticos que lo han utilizado cuando les ha convenido. El pensamiento occidental tan comprometido con el humanismo cristiano siempre ha antepuesto la igualdad entre los seres humanos a toda otra consideración ajena a criterios distintos a esta idea. El socialismo ha luchado, desde sus orígenes, contra toda acción que se dirija a establecer una sociedad clasista y excluyente del principio de solidaridad que debe regir la acción social. El actual gobierno -dice que socialista- está rompiendo ese principio en dos campos: el jurídico y el económico. La ley de Amnistía marca la distancia entre unos delincuentes y otros: la exculpación a los implicados en los ERES de Andalucía es otro caso similar. En cuanto a la economía, el acuerdo firmado entre el Gobierno y ERC certifica el trato desigual entre unos españoles y otros. Y ello en beneficio del señor Sánchez que está firmemente decidido a mantenerse en palacio a toda costa. Desde que se estableció en la Moncloa tras perder las elecciones generales, toda su acción política ha venido impulsada por aquella decisión, como un fin en sí mismo. El apoyo del independentismo catalán ha sido y es indispensable para su mantenimiento en el poder, por lo que hemos contemplado atónitos el precio que se viene pagando en beneficio de los deseos de una persona. Pero el último acuerdo entre ambas partes ha venido a socavar uno de los principios básicos para la convivencia en igualdad y justicia entre todos los españoles ya que favorece a unos frente al resto. Pero lo más significativo viene siendo la total ausencia de argumentos políticos que expliquen los motivos de tan injusta decisión gubernamental. Y del mismo modo se está gobernando y movilizando al electorado en una división maniquea entre progresistas y fachas para convencernos de que hay una única y poderosísima razón: Todo vale con tal de que la derecha no gobierne. Eliminando a la oposición, la supervivencia de Sánchez está garantizada. Ahí comienza y termina toda argumentación intelectual y crítica. En esta lamentable situación política que padecemos, yo me pregunto ¿es esto progresismo ?.