Carmen Casado Linarejos

Epifanías

Carmen Casado Linarejos


Y tú más

03/11/2024

La frase procede del lenguaje infantil cuando los niños dirimen sus diferencias con insultos más o menos gruesos y zanjan la disputa con esa frase que indica que se han agotado los argumentos para hallar un razonamiento mínimamente inteligente. La vida política española no es un juego de niños, aunque lo parezca por la endeblez intelectual de los que la protagonizan que, a falta de recursos de categoría superior, deben recurrir a la contienda más simplona consistente en el insulto-cada vez más soez-y en la mentira tan desmesurada que ellos mismos se sorprenden de que los ciudadanos traguemos con ello. La degradación moral del Gobierno abarca todos los ámbitos, con el intento de cubrir sus vergüenzas con la acostumbrada desmesura dialéctica que le caracteriza. La supuesta y muy proclamada superioridad moral de la izquierda queda fulminada por el espectáculo que nos ofrece: las imputaciones del Fiscal General del Estado, de la esposa del Presidente, del que fuera poderoso ministro señor Ábalos que parece implicar a todos los niveles del Gobierno, desde abajo hasta el uno. Para huir de las acuciantes demandas de respuestas, el señor Presidente, agotada su capacidad para mentir, se refugia en el Falcon en incesantes viajes que le aparten de la podredumbre que le cerca cada vez más próxima. El protagonismo político queda en manos de sus socios de gobierno que están protagonizando el escándalo Errejón con torpeza e hipocresía máximas sin que nadie asuma responsabilidad alguna. Aquí no dimite nadie. La ambición insaciable de poder, dinero y sexo antepuestas a cualquier otra consideración queda perfectamente evidenciada en este deshonrado final del actual Gobierno. Mientras tanto,  los corruptos consiguen impunidad a cambio de apoyo. Los condenados por asesinato salen de la cárcel antes de cumplir íntegramente sus condenas, mientras que los comunistas del casi extinto Podemos, reactivados por el caso Errejón, elevan el precio de su apoyo al Gobierno para exigir su pedazo de la gran tarta. La orfandad moral y argumental del Gobierno seguirá insultando a la oposición. No tiene otros recursos.