Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


La cuerda locura de Trump

11/02/2025

Trump está loco o, ¿se hace pasar por loco? 
Maquiavelo, inspirado en Tito Livio, desarrolla la «teoría del hombre loco». ¿Por qué? ¿Qué ventajas tiene fingir ser un loco? Lo decía el vulgo popular: «Déjalo, a los locos hay que darlos la razón», o, «el loco por la pena es cuerdo».
El físico Albert Einstein afirmó que «la locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes». La cita describe las conductas impredecibles que suelen ser toleradas, ya que se teme la respuesta del loco. 
Esta estrategia la utilizó el expresidente Nixon durante su mandato de 1969 a 1974, con un comportamiento aparentemente irracional y volátil. Temeroso de una respuesta americana impredecible, el enemigo comunista evitó provocar a los Estados Unidos. Aunque nunca se supo si la locura de Nixon era verdad o producto de su ansiedad e insomnio. La estrategia es similar al enfoque adoptado por Trump cuando avisa con los aranceles. Los países deciden esperar, para ver si es verdad o es añagaza, y empiezan a confabular para apoyarse unos a otros, pero sin armar bulla para no precipitar el futurible, a la espera de la reacción del amenazador. Porque decía Clemente XIV que «A los locos hay que darles siempre la razón». Y esa postura beneficia a un Trump, votado por los rednecks, uno de sus nichos principales de apoyo en las urnas.
Estar loco dicen que es haber perdido la razón. Pero hay locos que dicen verdades que los demás callan por no ser ni racional ni razonable decirlas y por eso se dice que están locos. La razón es aquello en que estamos todos de acuerdo, todos o por lo menos la mayoría. La razón es un constructo social, mientras que la verdad es inherente al individuo, personal e incomunicable. La razón une y las verdades separan. Decía Unamuno. La izquierda critica y ridiculiza la propuesta de Trump de hacer de Gaza un resort. Pero Palestina como estado es imposible por su implacable odio e inestabilidad, nos lo decía el general Gans Pampols en una cena casi privada. Y el resort es una solución integral que aleja del odio la región.No hagamos caso de envenenadores como Albares, el diplomático que destituye al sueño.