La división en dos zonas enfrentadas durante la Guerra Civil y la circunstancia de que la producción industrial de guerra quedase mayoritariamente en el territorio controlado por las fuerzas republicanas -impidiendo todo suministro de material al ejército nacional- hizo que a finales de 1936, de forma conjunta con otras acciones de movilización industrial, se tomase la medida urgente de instalar una fábrica para producir cartuchería en la zona norte. La ciudad elegida fue Palencia al ser relativamente tranquila y estar alejada del frente. Así, en septiembre de 1937 se puso en marcha la denominada Fábrica de Armas, destinada a elaborar cartuchería para armas individuales y artificios en Artillería. Nació como una sucursal de la de Toledo,y el 1 de enero de 1940 se produjo la separación formal, comenzando Palencia su ciclo como fábrica independiente. De esta forma, son 83 años de historia en unas instalaciones que se extienden sobre un territorio 236.902 m2  (cerca de 24 hectáreas, el equivalente aproximado a 24 campos de fútbol). De ellas, 73.000 m2 son superficie cubierta repartida entre talleres industriales, almacenes y zona antiguamente destinada a viviendas, mientras que 13.000 m2 forman parte del amplio patio y los jardines.

En 1943, la de Palencia, al igual que el resto de las fábricas militares, deja de depender del Arma de Artillería para ser dirigida por el recién creado Cuerpo de Ingenieros de Armamento y Construcción (CIAC). En el período que comprende desde 1950 hasta 1963, la actividad principal de la fábrica se concentró en la producción de munición de calibre 7,92x 57 mm, confeccionando pequeñas series de cartuchos experimentales a petición de Toledo.

En 1961 la fábrica dejó de depender del Ministerio del Ejército para integrarse, en calidad de subarriendo, en la Empresa Nacional Santa Bárbara (ENSB),  dentro el Instituto Nacional de Industria. En 1967, con el cierre de la Pirotecnia de Sevilla la mayor parte de la producción de esta, incluyendo maquinaria, fue trasladada a Palencia. Esto supuso la ampliación y acomodo de nuevos talleres y la entrada de la ciudad en el sector de los calibres medios de munición (20 mm hasta 40 mm) y la cartuchería para pistola (6,35 mm  y 7,65 mm).

83 años de historia de la Fábrica de Armas - Foto: Óscar NavarroEn 1969, apenas treinta años después del inicio de la fábrica, Palencia celebraba la confección del cartucho mil millones salido de sus instalaciones. De 1976 a 1978, el Ministerio de Defensa adquirió y depositó en Palencia dos líneas de producción, el know how y las licencias de producción de los calibres de 20x128 mm y 35x228 mm, dando un espaldarazo definitivo. Así, se construyeron nuevos talleres para calibres medios, carga de proyectiles, taller de trazas y carga y armado.

RACIONALIZACION. El crecimiento tan grande y diverso durante los veinte años anteriores, obligó a Palencia en el año 1988, dentro del marco del plan industrial de la empresa, a acometer un ambicioso proyecto de racionalización y modernización adaptable a los productos y producciones que se demandaban. Al principio de los años 90, con la reducción del tamaño de las Fuerzas Armadas, los pedidos de munición  empezaron a caer drásticamente, con problemas laborales por sobre producción. 

En 1994 se produjo el cierre de la Fábrica de Toledo  y fue Palencia la que heredó las líneas de producción de dicha planta . En esta ocasión,  se cumplió al revés el mito de Saturno, y fue  la hija palentina quien devoró a sus padres (Toledo  y Pirotecnia de Sevilla).